IGNÍFUGA
Siempre estás. Nunca faltas. No necesitas volver de donde nunca te has ido.
Omnipresente estás en cada día de nuestra vida. Bien porque te deseamos. Mal porque te haces presente a tu libre albedrío.
Locura y cordura van de la mano contigo. Cuando te deseamos nos traes luz. Nos traes oscuridad cuando tú decides.
Estás siempre. Faltas nunca. Quien no se ha ido nunca necesitas volver.
Añoramos tenerte cuando creemos que ya no nos habitas. Queremos que te vayas cuando desde nuestro sofá preferido, cómodamente aposentada, nos retas a duelo. Sabedora eres que, sea cual sea el desenlace, nos acompañarás hasta la última hoguera.
Deseada. Sufrida. Conocemos tus dos caras. Tememos que te hagas presente cuando, creyéndonos libres, nos demuestras que finges tu ausencia. No arderás hasta que ardamos.