Por fin cayendo
El decía que era bueno.Decía que nunca pretendió enamorarte.
Tú le creíste, ingenua, igual que creíste que no vales la pena.
Él te dijo "amor". Te mantenía en esa línea de incertidumbre, siempre en equilibrio, con los músculos tensos y doloridos, haciendo esfuerzos para no caerte.
Relájate y cae.
Siempre es mejor golpear lo desconocido que seguir con el miocardio entumecido.