SANAS MI HERIDA
La luz se vael otoño renace:
tu luz me envuelve.
Siento que todo
desde ese octubre antiguo
te pertenezco.
Luego, en la noche
que abriga pero cansa,
los dos amantes:
descubrimiento
de cómo este invierno
no nos combate.
Deja que gane
para ti esta vez
algo de gloria,
deja que cante
con voz desconocida:
son tus palabras.
Voy a adorarte
en un templo de fuego
y carne viva.
Vengo de amarte,
de ser tú con mi cuerpo:
sanas mi herida.