Le propongo...

Hagamos un trato:

Yo le dejaré follarme siempre que quiera,
usted me dejará amarle mientras tanto.

Creo que los dos saldremos bien parados. Es un reparto justo, habida cuenta de estos tiempos inciertos para bien de usted y yo, que no queremos reglas ni bases de concursos encubiertos de arte y superación; que improvisamos tras cada canción, si bien usted las hace sonar mejor con su guitarra manouche y sus porno-manos de incienso y plata; que follamos porque sí... para que sí... como si sí... con los noes y los síes del futuro chocando contra nuestros escudos de fuerzas polifónicas.