Los Haraganes

Es mucho pedir. Esperar que tenga siempre la cabeza sobre los hombros. Que se llame Mario. Que al decir su nombre voltee a ver.
Que te mire a la cara mientras le hablas de líneas de código y terminales.

Está agotado. Nadie sabe de hacer qué. Seguro se adentró en los poros de mi cara mientras le hablaba y tuvo una aventura.
No quiero chasquear mis dedos frente a su cara para hacerlo regresar. No quiero tratarlo como a un niño. No quiero ser su padre.

-Los nombres, las cifras, las casillas, la importancia. Mario Mario Mario.
¿Te llamas Mario, no? Te llamas Mario y no Astrid o Brigitte, es una tragedia amigo que todo sea como es. ¿Alguien puede, por piedad, matar a Mario?, ¿No?

¿Porqué nos castigas?, Todos estamos acá parados sobre nuestros pies, con la espalda recta, haciendo lo posible por parecer personas. Ocultando para los demás nuestro aburrimiento, nuestras ganas de cagar, de beber, de ser violentos, de meternos los genitales del otro a la boca.

Los tarados son adorables hasta que precisas de su parte un mínimo de competencia. ¡En nombre del superávit, de los círculos virtuosos, de lo disruptivo, de la productividad, de la exelencia! Le haré besar una foto de Milton Friedman.

¿Cuál es el problema Mario? ¿No fuiste a la charla? ¿No quieres ser "la empresa dentro de La Empresa"?. Tienes averiado el deseo. Hasta tu altar hemos traído bonificaciones, recepcionistas, secretarias, café.

No me malinterpretes, amo tu desgano y tus camisas de Manowar. Pero te quiero destrozar como un rottweiler al mismo tiempo.

Yo también fui un insurgente Mario.

También soñé.

No quiero ser mi padre.

Se encuentra más allá de esperanza alguna el muchacho. Sus ojos son un mar de nada y todo.

Que traigan otro robot para amonestarlo.

Y un robot haragán de paso.

Uno que pierda partidas de ajedrez
que dude, que desee.

Que sea una guerrera de Frazetta cuando demandan sea un programador competente.

Habráse visto algo más poético, hermoso e imperdonable que lo inútil.
Algo más triste y burdo que lo "pragmático"...
lo ausente de imágenes.