Spandex fucsia (parte IX)

IX

Envuelta en una pesada pashmina y usando una mascarilla comprueba Bibiana que las malezas no han devorado los edificios oficiales. Que no gobierna las ruinas una junta de zorros, cuervos y escarabajos. Dejó atrás sus humores y amantes inhertes. Su charquito de Campari y su pomo de alcachofa. Completará el encierro en su apartamento. Anda metida en otro túnel transparente que no le permite desviaciones en esa ciudad preciosa, eterna y extrañamente desolada. De camino al aeropuerto, recuerda para distraerse del apocalipsis.

Fucsia. Era fucsia. La falda de spandex era fucsia (no se puede evitar el uso de ésas palabras tan feas y peor aún juntas). Era infalible. Se subía al caminar. Hasta una escoba levantaba enfundada en esa faldita.
Y se veía a kilómetros el dichoso "fucsia".

Por eso la vieron a lo lejos entre el pastizal.
Le pertenecía a Bibi la falda, pero la tenía puesta Amanda. Se la había prestado la tarde anterior sabiendo para donde iba. No quiso advertirla. Pensó que algún ñerito se lo diría en buen "parlache" y la loca echaría de vuelta pa' su casa. Ahora le pesa a Bibiana no haberle dicho nada.

El mar no conoció a Amanda, la llovizna de esa madrugada le llevo noticia de ella.
Estaba "cerrada", bendecida porque reía y cargaba un escapulario, eso pensában. Laura y Bibiana podían hacerse un enemigo al día. Eran rencorosas y desleales. No así Amanda. De tan impensado y brutal el suseso las daña. La miran mucho. Después te cambiarían esa imagen por el peor demonio del infierno.

Su cuerpo desgonzado había rodado loma abajo. La boca abierta en un eterno exalar pestilente, los ojos abiertos también se le secaban y se hacían de papel. Con más puñaladas de las necesarias como el San Sebastián. Sobretodo en los glúteos. Habrán esperado malignamente supurase siliconas o ambrosia. Sangró igual que todos. Sobre su cuerpo dejaron panfletos de la limpieza social. Aguiluchas negras. El capítulo antioqueño y more-nazi de los "Son's of Adam".

Llorándola y espantando las moscas, como Aquiles ante el cuerpo de Patroclo, Bibi y Lau ante la Amanda muerta. Así actúan esas imágenes de crueldad sublimada en los católicos. Despiertan la culpa y la vigilancia de las conciencias. Se le fue a Bibi también Laura ese día.

Dentro de un avatar de buen muchacho la encerraron con ayuda de una iglesia cristiana. No cree se haya podido exorcizar de esa ninfa malvada. La más bella de las tres. Emergerá sensual en sus sueños del alquitrán o la miel de abejas. ¿Qué vida es ésa?. Cuando vea a un tele-pastor de cejas perfectas, ojos verdes y pestañas kilométricas sabrá en que sarcófago ridículo guardaron a Laura.

Era fácil verse en Amanda. Sus réstos los metieron en algún mausoleo de pueblo sellado con una lápida sin su nombre. Con otro nombre inscrito, uno mentiroso pero necesario, el mismo de sus papeles de identidad y su acta de defunción. La sola idea de esa loza miserable le saca lágrimas gordas a Bibiana.

Amanda no tuvo un enamorado que le trensase margaritas en el pelo. No se bajó de esa cordillera. Bibi revisaba los directorios y páginas de sus hermanas aventureras y trotamundos: Activ/Pasiv, "girlfriend experience", fiesta blanca, nenita con nivel. Con fotos preciosas, cambiando de ciudad a placer. Ve a Amanda en todas ellas. Tatuada, con el pelo de colores, en el piso alto de un rascacielos con el paisaje nocturno de la ciudad de fondo. O posando semidesnuda entre la nieve.

La nieve no conoció a Amanda. Bibiana no podía dejar de formular esas frases amargas, solo para ella. No usaba el martirio de su amiga para ganar discusiones o impresionar. ¿Qué punto tiene discutir y protestar? - Se burlarán de nuestras voces histéricas y forzadamente afeminadas, piensa Bibiana. Es una pose, pretender no comprender, ignorar que existen desgraciados con aquella enfermedad de la imaginación.

Lanzan a Bibiana dentro de una selva de estrictos protocolos sanitarios. Ya siente el corazón más ligero. Ha llorado. No hay caras, no hay deseantes, no hay ojos pegados en su culo. Ya volverán.piensa.

Serpientes.
Se tatuará serpientes en las caderas. Dos entrelazadas o el uróboro. Ella sabrá su significado.

• ¡qiuvo perra! ¿Qué hace?
• mi Amandix, pensarla bebé.
• ¿sí se comió a su papá el otro día?
• ay! ¡Ábrase Amanda!, ese viejo tan feo!
• jajajaj yo creo que era su papá amiga. Oiga cámbie esa foto de su perfil que se ve toda cucha. Parece, parece Patricia Ércole.
• ¿Quién es Patricia Hércules?
• esta actriz... "Doña Hilda"
• ¡ay NO! Amanda, vaí' coma mierda!
• jajajajaja tu sabes que lo amo Bibianito.
¿Vamo' a dar una vuelta?, Un baretico, los plones, allá al pie de la cancha.
-¿pero para que me sigás insultando?, valientes amigas tengo yo.
• es un balceo, no te pongás así cariño ome'.¿Me va a prestar la faldita más bien?
• ja! ¡Ésa solo me queda bien a mi mí esa faldita mi amorsh!.
• usted está muy nalgona Bibiana, no hay derecho.
• envidia. ¡Cója! ¡Me la cuida!
• ¡gracias! Bebé hermoso, oiga ¿si oyó que Marisol no aparece?
• ajh!, Yo creo que se devolvió para Palmira.
• hm.............¿Qué me decís del bareto?
• no linda. Tengo que hacer oficio. Nos vemos las tres, más bien, pasado mañana.
• bueno chao doña Hilda.
• ¡Jódase Amanda!, ¡Cuídeme la falda!