Ayer
Ayer me creí diana de palabras. Soy ilusa cuando se trata
de sujetos y predicados.
Yo no soy poeta, soy de cartón y piedra,
y mi mente solo pare lo que le echan.
No se me dan bien los dados ni las cartas.
Soy de metal y hierbabuena y,
solo a veces, sangro por las mañanas.
Ayer quise verte como me gusta,
cuando me gusta,
porque me gusta.
Y te fuiste difuminado en otros ojos.
Desapareces inmerso en esos trozos de erotismo
sofisticado que endurece mis nieblas,
que las perfila de rotulador
con su perspectiva consolidada y mate.
Espero que vuelvas
como me gusta,
cuando me gusta,
porque me gusta.