Falta de erotismo en los clubes en España
Para entender la falta de erotismo en la forma de vestir en España, es necesario hacer un análisis detallado. Curiosamente, quienes en España no siguen un código de vestimenta erótico, adoptan sin problema esa estética erótica cuando visitan lugares como Cap d'Agde. Al fin y al cabo, "Donde fueres, haz lo que vieres". La adaptación al entorno es lo que realmente define el estilo, más que una convicción personal sobre lo que es adecuado o atractivo.Comenta una pareja en otra web: "Este post hace 20 años no tendría sentido porque, salvo cuatro iluminados, la gente en general era mucho más respetuosa, y cuando salían a cualquier sitio, aunque fuera por respeto a los demás, se arreglaban un mínimo." Coincidimos plenamente, aunque el fenómeno tiene más de 20 años. Y el motivo tiene un nombre: Made in Spain. Un buen amigo francés, gran conocedor del ambiente y su historia, nos explicaba que la tendencia de las taquillas y el look de toallas y zapatillas fue una invención española. Irónicamente, esta moda ha hecho más daño al erotismo que cualquier otra cosa. Lo que comenzó como comodidad, terminó diluyendo el encanto sensual que solía impregnar estos espacios.
Además, el ambiente liberal para parejas llegó más tarde a España en comparación con el resto de Europa, digamos de forma más "popular". De hecho, quienes comenzaron a montar los primeros clubes en España lo hicieron inspirándose en los clubes del norte de Europa, donde este tipo de ambientes ya tenía una tradición. Y las nuevos dirigentes de los clubes, dígase por ejemplo 6&9 en Barcelona, al sumarse tarde a la fiesta, intentara replicar algo que ya llevaba algunos años evolucionando en otras latitudes, pero con su propio toque local, lo que muchas veces derivó en adaptaciones más simplificadas o menos sofisticadas.
Por otro lado, nosotros hemos intentado, sin éxito, convencer a quienes dirigen los clubes en España de promover una vestimenta más erótica. Lo hacíamos dando ejemplo, pero nuestras propuestas cayeron en saco roto. En el norte de Europa, la situación era muy distinta: la selección comenzaba en la puerta de los clubes. Si no vestías de una forma adecuada, simplemente no entrabas, y esto lo sabían muy bien las parejas que frecuentaban esos lugares. Allí, el código de vestimenta no era solo una sugerencia, sino parte fundamental del ambiente erótico que se quería crear y mantener.
Esto último se debe a varios factores. A excepción de los años dorados del ambiente swinger, los clubes en España no han tenido suficiente afluencia para sostener ese tipo de exigencias. Además, la falta de mentalidad, conocimiento y confianza de muchos de los nuevos propietarios que comenzaron a gestionar estos locales ha sido evidente. No han estado a la altura de las expectativas, lo que ha generado una espiral negativa. En lugar de centrarse en elevar la calidad del ambiente y mantener ciertos estándares, el objetivo principal se ha convertido en simplemente mantener el negocio a flote. Esta visión de supervivencia ha hecho que se pierda gran parte del atractivo erótico que caracterizaba a este tipo de clubes en otros países europeos y a extranjeros que han visitado nuestro país.