Hola:
Soy María, la parte femenina de este perfil. No suelo escribir mucho, lo suele hacer él, pero suscribo sus comentarios. Pero en esta ocasión, me apetecía hacerlo, a pesar de lo poco que me gustan las discusiones que se generan en estos hilos.
Lo hago, por que me siento muy identificada con el tema tratado.
Soy una mujer a la que le encanta vestir de una forma, digamos, más atrevida de lo habitual. Me gustan las transparencias, las faldas, vestidos cortos sin ropa interior, y me encanta la lencería de todo tipo.
Me gusta lucirlo, y tengo un punto exhibicionista, y también un poco voyeur.
Pero en esta sociedad, no es fácil vestir así, sin que te tachen de guarra, choni, puta y lo que sea... Lo se bien. Las mujeres entendemos esas miradas, especialmente de otras mujeres.
El sitio donde siempre he podido vestirme así, sin cortarme, ha sido en los locales liberales. Ahí me he sentido siempre libre de miradas inquisitorias. Al ir a esos sitios, me he sentido observada, pero no criticada. Me siento libre, empoderada, y deseada. Deseada por mi marido, y deseada por hombre y mujeres, y eso me encanta. Pero me sentía así por que era el ambiente general. Igual que yo me exhibía, veía a la vez a otras mujeres vestir igual, lo que me hace sentirme muy cómoda, y romper la vergüenza que no me permite hacerlo en otros sitios.
Y me encanta ver a la gente vestir bien. Me encanta ver a mujeres provocadoras (soy muy bisexual) y sobre todo, me pierde ver a un chico, que se ha molestado en arreglarse, llegar a un local y verle con sus pantalones y su camisa apretadita, y su olor a perfume. Me ponen mucho, y me indica que se ha preocupado de arreglarse.
Sin embargo hablo en pasado, por que de un tiempo a esta parte, ese sentimiento ya no se produce en mi. He ido a locales, y alguna noche he decidido no cambiarme y ponerme esa ropa, pues en el local era la única que vestía de forma similar.
Y cuando eres la única, vuelven a aparecer esas miradas que te señalan como la guarra del local. Ya no me siento cómoda. Más bien me siento como la animadora de la fiesta. Y eso no me gusta. Ya no se crea ese ambiente de igualdad y complicidad entre todos los clientes.
De verdad que lo único que os contamos, es nuestra experiencia y hacemos una comparación de lo que era y lo que es. No son historias del abuelo cebolleta ni de la puta mili. Es nuestra experiencia la cual exponemos para conocimiento de la gente, y para deciros como ha cambiado el ambiente. A nosotros, no nos gusta el giro que está dando. Si a los demás les gusta, pues perfecto. Claro que me gustaría saber que pensarían, si fueran a un sitio donde todo el mundo vistiera en lencería...
Por que os voy a decir una cosa, y lo digo con el conocimiento de que la mayoría de los que escribís por aquí, sois hombres... Criticáis mucho... Pero cuando estoy en un local así vestida (mira mis fotos), y enfilo la escalera camino a los reservados, todos venís detrás para ver si tenéis la fortuna de follaros a la guarra que va en tanga por el local.