La trampa Swinger… exigencia de máximos…
Lamentablemente, las parejas no llegan al ambiente swinger como una evolución natural de su sexualidad; más bien, suelen hacerlo como consecuencia de una decadencia sexual motivada por diversas razones, muchas veces impulsada por una asimetría en el deseo sexual dentro de la relación. Esto, en un principio, genera un conflicto cuando uno de los miembros de la pareja plantea la idea, y algunas parejas, tras acordar un pacto mínimo, deciden embarcarse en esta aventura sexual, estableciendo exigencias de máximos, casi como si intentaran un triple salto mortal con tirabuzón y doble pirueta.¿Y qué son esas exigencias de máximos? Nos referimos a aquellas condiciones superpuestas y superimpuestas que la pareja establece como parte del pacto para iniciar su incursión en el mundo swinger:
Condiciones Superpuestas: Esto se refiere a dos o más condiciones que coinciden o se presentan al mismo tiempo, afectándose entre sí. Por ejemplo, la pareja les tiene que gustar a los dos, deben tener edad parecida, situación sentimental parecida e incluso muchas veces experiencias swinger parecida, es decir poca, etc…
Condiciones Superimpuestas: Es cuando una condición es impuesta sobre otra, como si se añadiera encima de algo preexistente. Las condiciones “superpuestas” son de obligado cumplimiento y no se pueden saltar ni una para quizás adaptarse a la situación real concreta.
Estas exigencias extremas hacen prácticamente imposible cualquier proceso swinger y generan una falsa esperanza en la parte de la pareja que tiene interés en esta aventura. Si a esto le sumamos los miedos que provoca esta forma de sexualidad—como el impacto en la relación de pareja, el temor al qué dirán si su entorno se entera, y quizás el pánico a las ETS debido a la desinformación existente—se vuelve evidente la baja liberalidad sexual de nuestra sociedad. En este contexto, solo la infidelidad parece ser la vía para quienes encuentran la monogamia insoportable.
"La única cosa imposible es lo que no se intenta."