„Pues yo soy de los del "ni el bigote de una gamba". No es una cuestión de prejuicios, ni de miedo, ni de que crea que esto es como la picadura "de la cobra gay" (que te pica y te vuelves....). Simplemente me causa dolor y no placer.
Y, hablando de respeto, en este sentido me hartan mucho los tópicos que muchas veces me cuentan: es que no te lo han hecho bien, es que las otras no sabían, eso es que eres un miedoso, es que no te has desecho de tu machismo.... Señora, ¿Me puede usted explicar que tendrá que ver mi culo con el machismo?
Han llegado a advertirme: yo es que si no juego por detras no me interesa. Eso sí es valer un culo (como dicen en algunos países).
En definitiva, que parece que uno ya no puede ser un hombre adulto, conocerse a si mismo y saber lo que le gusta.
Aunque no creo necesario aclararlo, evidentemente no hablo de vosotros. Y por si quedase alguna duda me parece estupendisimo que disfrutéis de todo lo que os permita vuestro cuerpo. Simplemente me parecía oportuno mostrar que, a veces, los prejuicios aparecen en sentido contrario.
Hola Deckard10;
Efectivamente, una cosa son los prejuicios y otra los gustos personales.
Si bien es cierto que la cultura heredada también puede moldear nuestra opinión.
Podemos poner algunos ejemplos;
En los años 40 en Alemania, una mujer judía para un alemán como pareja era algo inconcebible.
En los años 60 (y antes), los matrimonios interraciales también eran algo muy obsceno para mucha gente del ala más conservadora.
Otro ejemplo de cómo la cultura nos afecta, son los cánones de belleza;
No son los mismos en Europa, que en África, Japón o Latinoamérica.
Muchos de ellos puede sobrevenir la discriminación hacia quienes se salen fuera de los estándares.
Otra cosa son esos gustos personales más allá de lo cultural (y a veces podemos no ser conscientes dónde se encuentra la barrera).
Imaginemos que no te gusta una actividad porque has nacido así y está en tus genes ese rechazo o simplemente te has conformado así y decides no cambiar. (Eje: bailar la conga)
Volviendo al tema de antes (Uso de la puerta trasera), es una cuestión exclusivamente personal.
Se puede probar o no sin ser criticado/a por ello (faltaría más).
Con todo, se podría reflexionar hasta que punto la cultura sí que puede afectarnos en nuestras apetencias y decisiones.
Otro ejemplo;
En la época de los griegos y los romanos, las relaciones homosexuales estaban tan extendidas que ni siquiera existía una palabra para definirlas.
Más a partir de ciertas clases sociales en donde era algo común.
Y mas allá de las relaciones homosexuales, hay muchas mujeres que también desean que su pareja les entre por detrás.
Que cada cual sea libre para disfrutar como le plazca y que estemos abiertxs a seguir conociéndonos.
Un saludo