¿Qué es el BDSM?
Sois muchos con curiosidad por el mundo del BDSM y creo que es necesario que podáis leer este tema que está en nuestro grupo:
Para quienes se aproximan por vez primera a este mundillo, vamos a dar una introducción muy básica y unos pocos conceptos elementales.
El
BDSM es una forma de sexualidad alternativa, en la que básicamente una persona cede, temporal o permanentemente, el control de su cuerpo y su voluntad a otra.
Algunas personas (especialmente quienes son ajenos al BDSM), utilizan las expresiones “sadomasoquismo” o “sado”, pero estas expresiones son, como veremos, incompletas e inexactas.
Para referirse a las relaciones sexuales convencionales (las que no incluyen BDSM) se suele utilizar la palabra “vainilla”.
Literalmente, las siglas BDSM significan:
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Bondage (ataduras, juegos con cuerdas, esposas, etc.)
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Disciplina (castigos, azotes, etc.)
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Dominación (tomar el control sobre una persona)
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Sumisión (ceder el control a otra persona)
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Sadismo (disfrutar causando dolor físico)
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Masoquismo (disfrutar recibiendo dolor físico)
(Sí, ya sé que las siglas deberían ser
BDDSSM, pero sería una lata escribirlo y más aún pronunciarlo).
No todos los practicantes de
BDSM realizan todas estas actividades. Algunas personas, por ejemplo, no utilizan el dolor en este tipo de relaciones. Para otras, sin embargo, es algo fundamental.
Lo que sí es general es la adopción de un determinado rol (Dominante o sumiso). La persona que adopta el rol sumiso cede la iniciativa, su cuerpo y su obediencia a la persona que adopta el rol Dominante. Se pone, para entendernos, en manos del otro.
La duración de esto puede ser durante unas horas (lo que se denomina sesión), o puede adoptar la forma de una relación continuada.
El hecho de que una persona adopte un rol Dominante o sumiso en las relaciones BDSM no necesariamente implica que en su vida cotidiana tenga dicha personalidad. Una persona puede ser un jefe mandón en su trabajo, y a la vez el más humilde sumiso durante las sesiones.
También hay que aclarar que algunas personas adoptan ambos roles, según las circunstancias. En ese caso, se les denomina
Switch.
Las actividades y juegos
BDSM son variadísimas, pero se puede decir que todas tienen un factor común: Escenifican la relación
Dominación/sumisión. Cuando la persona que adopta el rol sumiso obedece al Dominante, o se deja humillar por él, o se deja hacer daño, lo que está sintiendo y diciendo con palabras es:
“Fíjate si puedes hacer conmigo lo que quieras, que hasta puedes hacerme daño, o humillarme, o darme órdenes”.
De la misma manera, cuando la persona que adopta el rol Dominante produce dolor físico o humilla a la otra persona, o le ordena realizar cualquier acto, lo que está diciendo sin palabras es:
“Fíjate si puedo hacer lo que quiera contigo, que hasta te puedo hacer daño o humillarte, o hacerte cumplir mis órdenes”
Este diálogo mudo es la base del
BDSM. Ambas personas, Dominante y sumiso,
disfrutan adoptando cada uno su rol. Es un estado mental, una autosugestión en la que entran ambas partes, a veces hasta niveles muy profundos e intensos.
Cuando la persona sumisa realiza un intenso esfuerzo para servir y complacer a su Amo/a, cuando ese estado mental alcanza una gran profundidad, se habla de
“entrega”.
Con respecto a otras actividades sexuales más convencionales (penetración vaginal o anal, sexo oral, masturbación, etc.), pueden o no realizarse, según los gustos de cada uno (habitualmente se hacen).
Con el fin de evitar malentendidos y riesgos, surgieron una serie de normas que regulan estas actividades. Las principales son lo que denominamos los tres pilares del
BDSM:
“Sensato, seguro y consensuado”.
•
Sensato porque, por muy morbosas que puedan resultar algunas fantasías extremas, el sentido común debe primar siempre a la hora de llevarlas a la práctica.
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Seguro porque, al ponerse la persona sumisa en manos del Dominante, es el Dominante quien ha de adoptar la responsabilidad de prevenir riesgos y accidentes. Quien ejerce el rol Dominante cuida y protege a la persona sumisa, durante la sesión.
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Consensuado porque el sumiso o la sumisa deciden si aceptar o no que un determinado Dominante las someta (a diferencia del maltrato). Además las actividades que se van a realizar se suelen pactar previamente, aunque con algunos matices, como veremos luego.
Por cierto, que mucha gente habla de "sano, seguro y consensuado", es por una mala traducción del inglés.
La palabra inglesa "sane" muchos la traducen por "sano", cuando en realidad significa sensato.
En la mayoría de los casos, previamente se pacta una palabra de seguridad (El ejemplo más habitual es
"Stop". Esa palabra la usará la persona sumisa en el caso de que realmente no pueda soportar la intensidad de la sesión. Se entiende que no la usará a la ligera, y que si la llega a usar, la persona Dominante parará la sesión inmediatamente. En algunas relaciones se puede pactar que no exista palabra de seguridad, aunque esto
no es recomendable para principiantes.
Otra cuestión importante en
BDSM son los límites. Por
límites, entendemos actividades
BDSM que un sumiso o sumisa no están dispuestos a soportar. Dada la diversidad de actividades BDSM, y la variedad de miedos y fobias que puede tener cada persona, es aconsejable que haya previamente una comunicación fluida en la que se puedan pactar.
Al igual que en el caso anterior, algunas personas pueden pactar que no existan límites y que sea siempre el Dominante quien decida, según su criterio, lo que se va a hacer durante la sesión.
Tampoco es algo recomendable para principiantes.
Un aspecto bastante común en las relaciones
BDSM son los tratamientos. Aunque no existe una norma general, lo más usual es que la persona sumisa se refiera a su Dominante (al suyo, no a los demás) como Amo/a, Master, Señor/a, Dom/Dómina, etc.
La variedad y los gustos de cada uno son enormes en este caso. En internet, que es actualmente el método más frecuente de contacto entre quienes tenemos estas tendencias, existen algunos protocolos como el que los
nicksde los Dominantes se escriban con mayúscula, los de los sumisos/as con minúscula, y los de los Switches con mayúsculas y minúsculas intercaladas.
También es común el uso de
“collares virtuales”, es decir, que el sumiso, a su nick le agrega las iniciales de su Dominante, escritas entre corchetes o llaves, para mostrar su sumisión públicamente.
El último concepto básico que trataré aquí es el de
24/7 (24 horas al día, 7 días a la semana). Es el grado máximo de Dominación que se puede aceptar por parte de un sumiso. Habitualmente se realiza mediante algún rito solemne (firma de un contrato o ceremonia ante otros practicantes de
BDSM, marcas de propiedad permanentes en el cuerpo del sumiso), e implica convertirse en esclavo de otra persona, estar disponible siempre, acatar cualquier orden. La única libertad que existiría para el sumiso (esclavo, en este caso), sería la de aceptar o no el inicio de esta situación, así como finalizarla, en su caso. Como no es difícil imaginar, únicamente en relaciones de Dominación
muy arraigadas se puede llegar a que ambas partes estén preparadas para un paso tan enorme.
Pese a todas las normas y conceptos generales que he expuesto, no olvidemos nunca que todas las relaciones humanas son complejas y con una infinidad de matices.
Y en el caso de las relaciones
BDSM, aún más.