En primer lugar estamos obviando lo más importante y es que nadie le ha pedido al cabrito de @***_R que nos cuente como fue el concierto de Uriah Heep (perdón me puede la envidia).
Dicho eso, y más allá de cuestiones jurídicas, creo que por una vez estoy de acuerdo con casi todo lo que ha dicho todo el mundo. Aunque algunas cosas sean opuestas o unas rebatan otras. Y es que es un tema complicado donde hay una dependencia importante del contexto.
Siempre me ha gustado que, en esta página, y al contrario de lo que ocurre en otros lugares, todo el mundo parece tener muy claro que las líneas rojas son universales y no dependen del género. Y cuando digo otros lugares hablo de mi propia experiencia, por tanto, limitada y restringida a unos pocos casos (no necesariamente vividos en primera persona), donde da la impresión que, últimamente, algunos admiran en la mujer determinados comportamientos que habíamos acordado que eran tóxicos en los hombres.
Y ya sé que la posibilidad de peligro y agresión es diferente a si @***_R fuese una mujer. Al igual que el número de veces que le ocurren estas cosas a las mujeres. O al hecho de que a un porcentaje relevante de hombres les habría gustado estar en esa situación. Pero la cuestión no es esa. La cuestión es que en muchos ambientes (¡No aquí!) se le niega a @***_R la posibilidad de sentirse mal. De poder protestar más allá de la pataleta (por la que encima se reirán de él). Vivimos en una sociedad que niega que una mujer pueda maltratar a un hombre. ¿Nos extrañamos entonces de que la sociedad cuestione también si @***_R puedo o no sentirse como quiera?
Dicho eso, y más allá de cuestiones jurídicas, creo que por una vez estoy de acuerdo con casi todo lo que ha dicho todo el mundo. Aunque algunas cosas sean opuestas o unas rebatan otras. Y es que es un tema complicado donde hay una dependencia importante del contexto.
Siempre me ha gustado que, en esta página, y al contrario de lo que ocurre en otros lugares, todo el mundo parece tener muy claro que las líneas rojas son universales y no dependen del género. Y cuando digo otros lugares hablo de mi propia experiencia, por tanto, limitada y restringida a unos pocos casos (no necesariamente vividos en primera persona), donde da la impresión que, últimamente, algunos admiran en la mujer determinados comportamientos que habíamos acordado que eran tóxicos en los hombres.
Y ya sé que la posibilidad de peligro y agresión es diferente a si @***_R fuese una mujer. Al igual que el número de veces que le ocurren estas cosas a las mujeres. O al hecho de que a un porcentaje relevante de hombres les habría gustado estar en esa situación. Pero la cuestión no es esa. La cuestión es que en muchos ambientes (¡No aquí!) se le niega a @***_R la posibilidad de sentirse mal. De poder protestar más allá de la pataleta (por la que encima se reirán de él). Vivimos en una sociedad que niega que una mujer pueda maltratar a un hombre. ¿Nos extrañamos entonces de que la sociedad cuestione también si @***_R puedo o no sentirse como quiera?