Yo creo que debemos entender que vivimos en un mundo que la cosas no son siempre o blanco o negro. Ser categórico nos limita y hay muchas cosas que no entendemos y que tampoco tenemos la información y perspectiva para entender.
Voy a poner un ejemplo que me pasó en primera persona. Hace años conocí a una mujer con un corazón espectacular, la conocí una noche en un restaurante que regentaba. Ella era una rubia con carita de muñeca, gordita, que desprendía una energía fantástica. Era la responsable de un evento de faena para médicos. Llegó un rato antes de la cena para supervisar todo, llevábamos unos días escribiéndonos por mail, de manera profesional.
En un breve periodo de tiempo conectamos y mantuvimos una gran confianza a nivel profesional. A mi esta mujer me encantaba por su energía, bonita, limpia, transmitía una vibra simplemente maravillosa.
Tras tener una comunicación casi frecuente y al ser de manera profesional, al cambiar de restaurante perdimos el contacto por casi dos años.
Como este mundo es muy pequeño y las energías se atraen. Al tiempo coincidimos en mi nuevo restaurante. La vi entrar y no pude evitar decir su nombre con exaltación “Heidy, ¿y está sorpresa? Nos fundimos en un abrazo como si dos viejos amigos se reencontraran, ella disfrutó junto a sus amigas de la velada y yo consintiéndolas gastronómicamente hablando. Esa noche ella me regañó por no haberla avisado y yo le dije que era muy profesional. Me miro y me dio su tarjeta, instándome a llamarla para un café y ponernos al día.
La hice caso y unos días después la llamé para tomar un café, por circunstancias el café fue en mi casa. Yo trabajaba muchas horas y de cara al público, en ocasiones podía sacar un par de horas para ir a casa y sentarme un poco, pero evitaba ir a sitios con gente pues me sacaba mucha energía seguir saludando a clientes, amigos y compromisos. Por eso acabamos en mi piso. Hablamos y nos pusimos al día, como lo hacen dos amigos de toda la vida. Me contó que estaban cambiando muchas cosas en su vida y que todo era para mejor. Ese día nos besamos, el beso más tierno que me he dado en muchos años, sus labios eran una delicia, sus ojitos azules me cautivaban en cada mirada y su piel aterciopelada me derretía con ella.
Por circunstancias laborales en mi caso y supuestamente en el suyo también, no nos veíamos con la frecuencia que una pareja normal se podría ver. Ella viajaba mucho por su puesto de ejecutiva y yo trabajaba más de 90 horas a la semana.
No nos veíamos todas las semanas, pero cuando nos veíamos nos embriagábamos de una vibra maravillosa. Ella cada día estaba más bonita a mis ojos, empezó a ordenarse las comidas y se convirtió en un cisne blanco. Lo curioso que no siempre que nos veíamos nos besábamos, pero si disfrutábamos. Había como una especie de miedo va respeto a que la magia no se rompiese.
Un día que nos vimos llegaba ella súper cansada y la propuse darle un masaje relajante. Prepare velas aromáticas, aceites y la di un masaje bastante profesional (de algo me aeróbic estudiar fisioterapia), al terminar ella vio un antifaz en mi mesilla de noche y me dijo. “Ahora te quiero hacer yo un masaje a ti pero un poco distinto, ¿confías en mi?”
Vibre con sus caricias, sus dedos y sus manos. Por un buen rato me dio un masaje con una delicadeza que aún mi piel recuerda y me hace estremecer. Cuando estaba en teoría por terminar me hizo girarme y me beso, un beso tras otros muchos que me recorrieron el cuerpo. Me hizo el amor con una delicadeza y pasión de otra dimensión, todo esto potenciado al no poder ver por el antifaz. Esto afinó y estimuló el resto de mis sentidos.
Os pongo en contexto desde que conocí ha Heydi hasta que nos besamos habían pasado dos años y medio. Como veréis nos lo tomamos con calma.
De aquí en adelante nació una relación de amistad, confianza, amantes, estímulos y actividades lúdico festivas de otro nivel. No nos veíamos todas las semanas, pero si casi todos los meses y hablábamos a diarios. Se volvió mi mejor amiga y yo su no novio.
A mi por mi trabajo siempre me había costado mantener una relación equilibrada y ella al ser ejecutiva, viajar y tener reuniones tampoco disponía de mucho tiempo. Pero ella estaba siempre para mi y yo para ella.
Mantuvimos esta relación por un tiempo de una manera maravillosa, quedamos a cocinar y comer, hacíamos desayunos con burbujas (champagnea), los juegos lúdico festivos eran de otro nivel. Os pongo ejemplos, una vez venia ella de viaje de madrugada, me dijo que se daba una ducha y que venía a darme los buenos días. Se presentó en mi casa con una gabardina, tacones y medias pierneras elegantes. Sin nada más y llego así a mi casa en taxi.
Otro día me moría de las ganas de verla y ella estaba en el cumpleaños de una amiga. Me decía que no tenía manera de escaparse, así que la propuse una idea loca. Si que tienes una amiga en crisis y paso a recogerte. Te hago un secuestro sexy. Desde que se montó en el taxi nos besamos con pasión, con ganas y con esa energía que tienes cuando no llegas a los 20 años.
No os voy a decir el nivel de conexión y por tanto del sexo que nos dedicamos.
Ella siempre fue muy prudente respecto a su vida privada y yo siempre he respetado que me contase lo que ella se sentía cómoda para contarme. Tampoco yo tenia tiempo para más y con ella Jano una confianza brutal, lo que ahora se llamaría relación abierta. Yo le contaba si me veía con alguien más y ella me daba opiniones que desde el punto de vista femenino, que me enriquecieron. Aunque ella siempre me reconocía que se ponía un poco celosa.
Un día salí con matrimonio de amigos míos y una amiga de ellos a comer. De las pocas veces que me podía escapar y mira que hay restaurantes en una ciudad grande… mira que dicen que el mundo es un pañuelo… y que la vida no son casualidades… la única mesa que quedaba libre estaba junto a una mesa en la que Heydi estaba comiendo con un hombre. Yo pensaba que sería una comida de trabajo de ella y con cordialidad y elegancia me hacer que a saludarla “Muy buen provecho señorita Káiser le dije”, inmediatamente le extendí mi mano al hombre que le acompañaba y me presenté “hola soy Airoc, tengo un restaurante en la zona y la señorita Heidy es cliente recomendada y por como es ella especial en él”, el hombre de sonrío y me dijo “si lo sé, es mi mujer”. Aquí puse poker face les deseé que tuviesen una buena comida y me senté con mis amigos dando la espalda al matrimonio. No tuve que disimular mucho mis amigos son de los que no paran de contar historias y reírnos. Pero mi sentido arácnido no quitaba el radar de mi espalda. Heidy y su marido apenas hablaron, su energía era difusa.
La tarde de ese mismo día, Heidy me escribió. “Lo siento mucho, que vergüenza y pena tengo. Cuando nos podemos ver y te explico todo”. Me llevo un rato encontrar las palabras adecuadas, tenia internamente una montaña rusa de sentimientos. Finalmente la acabé escribiendo esto “no te preocupes ha sido genial verte, no me tienes que explicar nada. Comentarte que los cafés que me quieras invitar me encantaría que fueran en tu casa”.
Ella me respondió que me entendía perfectamente, pero que escogiera cualquier lugar menos su casa por motivos evidentes.
Con el paso de los días y alguna semana mi cabreo fue menguando. Cuando me encontré con capacidad de escuchar, quedamos a tomar algo en una cafetería. Esa tarde me contó muchísimas cosas yo sólo escuché. Me contó que cuando nos conocimos estaba casada con otro señor, un médico y ella trabajaba para él, que no era feliz, tenía ansiedad y su marido del momento no la trataba bien. Al poco tiempo se divorció y coincidió con el hombre que le devolvió la confianza en sí misma y que la trataba como una princesa. En ese tiempo ella empezó a cuidarse y a sentirse mejor. Me confesó que siempre había tenido un fetiche conmigo y que al coincidir, dándose todo de manera tan orgánica se dejó llevar. Me contó que su marido actual la trataba bien pero que no sabía por qué simplemente la conexión sexual era … escasa, funcional y no tenían la conexión que teníamos ella y yo. Me hablo como un libro abierto, con sinceridad, claridad y no se ahorró una palabra.
Tras unos días de reflexión, analizando todo me di cuenta de varias cosas. Que llevábamos casi un año liados y que yo era el otro, pero que la complicidad que tenía con ella a diario y la conexión en todo era de otro nivel y me acordé de un consejo que me dio mi abuelo teniendo yo 17 años. Le conté que había una chica que me gustaba y me daba besos pero que tenia novio. Yo le decía a mi abuelo, “abuelo ella me gusta, pero no me gusta que tenga novio, que lo deje y se venga conmigo”. A lo que mi abuelo me respondió “mira hijo, te voy a dar un consejo y espero que le encuentres el sentido en más aspecto que este que estamos ahora” y me dijo esta palabras que me han acompañado toda la vida “más vale un bombom a medias que una mierda para tí sólo”.
Volví a quedar con Heidy en persona, en esta ocasión hablé yo. Le dije que no le tenía rencor, pero que me hubiese gustado saber dónde estaba. Pues estábamos viviendo en un país de Hispanoamérica de esos que todos pensamos que son peligrosos y lo son. Son países para los que no los conocéis que tu vida vale una mierda, lo que vale es tu palabra y honor. A mi nunca me han gustado los problemas gratuitos. En fin ella me pidió perdón una vez más y llegamos a conclusiones y pactos en común y sanos. Yo le dije que no la iba a juzgar nunca, que no iba conmigo. Que me sentía un privilegiado de que esa parte de ella la liberase y compartiste conmigo. La lealtad de la discreción por mi parte estaba más que presente y que la confidencialidad y amistad no quería perderla. Si ella pensaba que podía manejarlo, para delante con los faroles. Peor si pensaba que no podía que mejor lo dijera y parábamos.
La comunicación diaria no cambió, pero si se dilató la frecuencia con la que nos veamos a 1 vez a mes o cada 6 semanas. Ella sabía dónde estaba y con quien, y viceversa. Creo que ha sido mi hasta ahora primera relación liberal, pues siempre había sido soltero o tenía relaciones de noviazgo tradicional, cerradas.
Tengo que reconocer que el nivel de confianza al hablar con ella de todo y sin tapujos. Cómo y qué pensaba, ella me ayudaba haciéndome entender cómo era la sociedad de allí y a cómo llegar a ciertas personas que eran beneficioso para mi negocio. A nivel de sexo siempre hubo química, pero con ella los niveles de subieron. Nos contábamos nuestras fantasías y las empezamos a construir juntos. Empecé a comprar juguetes y me compré un maletín metálico tipo de las pelis cuando llevan los diamantes, pero dentro estaban nuestros juguetes. Con esta Diosa descubrí y disfruté del cielo del placer, descubrí lo que me gustaban las fantasías. Ella me reconoció que era bisexual y empezamos a reservar habitaciones en hoteles en fines de semana. Habitaciones tipo suit de lujo con un baños de película, duchas infinitas, bañeras de espuma, grandes espejos y lavamanos… todo con champagnea bien fría, cariño, ternura, pasión, seducción, elegancia y muchísima complicidad. Un día llegue al hotel y ella me tenía una sorpresa, una amiga de ella y jugamos los tres.
Por otros temas acabe regresando a España y ya no veo a Heidy. Pero nos seguimos hablando y nos seguimos contando nuestras historias lúdico festivas. Tengo una amiga de vida y para toda la vida.
Creo que querer ser el único y el protagonista, nos puede restar de conocer gente y vivir cosas maravillosas.
Creo que todo lo que vivimos es real, hay que ser muy prudente. A día de hoy opinamos de todo con poco tiempo de reflexión. Lo ideal es no estar con nadie que puedas hacer daño a nadie de manera colateral.
Yo pensaba y pienso que prefiero estar con personas que estén solteras. Pero a día de hoy me conformo con la autenticidad que me aporte la otra persona en su libertad. Todo lo que sume con conexión y buena energía es Bienvenido.
Seguro que hay gente que me dirá que a él o a ella le engañaron haciéndolos sentir que eran los únicos, o que su pareja les fue infieles… que os voy a decir a todos nos ha pasado.
Cómo os decía al principio de la reflexión, creo que no existen los colores absolutos, ni todo es blanco, ni todo es negro. La reflexión es ¿qué matices de color admites sin que te sienten mal?¿eres capaz de estar en equilibrio en una relación abierta o compartiendo con alguien casado o con pareja?
Cada uno tendrá su respuesta, su momento y recordar debemos de hacer cosas que nos sienten bien, no que creamos que nos sientan bien y sea mentira.
Muchas gracias para los que os habéis tomado el tiempo de llegar a leer hasta el final de esta historia y reflexión personal.
Sigamos trabajando en hacer mejor a todo y todos los que nos rodean y aprendamos a disfrutar de las otras personas en la medida que son capaces de dar en su momento.