Pues mira me acordaré siempre de una anécdota donde nos reímos a carcajadas después del acto porque sin darnos cuenta, la cama que pesa realmente lo suyo se había movido 1 metro, quizás algo más y nos entró la risa tonta esa, y después nos reímos un buen rato sobre ello....
Otra vez se nos volco el sofá intentando hacer malabares con una posición pero eso en mitad del acto y bueno luego nos reímos de ello tras reanudar y terminar, luego claro vino ese momento de abrazos y caricias, raras veces falta por no decir nunca.
Otra anécdota con otra mujer muy importante para mi, besos para ella si lo lee, y la liamos un poco parda en la habitación del hotel y acabamos tendiendo las sábanas por la habitación plan camping ⛺ fue muy divertido y nos reímos sobre ello un buen rato, es que menuda pinta tenía la habitación después, en fin...
Y como no, eso jamás falta, esos momentos en los cuales podemos hablar de todo y nada, de lo que hablamos no siempre tiene relevancia, a veces Si por supuesto, pero más que el qué, es el como, la manera el la cual surge aquel momento, abrazos, caricias, miradas, deslizar las manos en su cabello, surcar su piel mientras hablamos y viceversa, esos momentos son mágicos y únicos a cada uno, me encantan esos momentos,