Mentiras, malditas mentiras y estadísticas. (Mark Twain)
La Libido, esa gran compañera de viaje. De jóvenes, el potro desbocado era siempre Ignatius y la libido de Mariona había que rebuscarla con pincel como se rescatan los vestigios arqueológicos en Atapuerca, entre los más recónditos rincones de su cuerpo y mente. Con la sabiduría negada a las y los nacidos a mediados del siglo pasado. Luego del autoaprendizaje, y de las lecciones que da la praxis del error/acierto/error más error...
Después, como quien no se da ni cuenta, llega la andropausia y la menopausia. Y, si bien las estadísticas también dicen que la "temida" genera, entre otras, fuga de libido en las mujeres, a Mariona también le dio por llevarle la contraria a la ciencia, y ahora ella es la que lleva las riendas del potro, justo cuando, la verdad, la maquinaria física ya no es la que era, los perímetros se han desbordado, y todo conduce a la necesidad de reinventarse en lo mental, físico y en lo... digamos... posicional o postural. Eso sí, divertidos, como siempre.