Toda mi admiración para las moderadoras y la comunidad, qué paciencia.
Me ha afectado de tantas maneras que no voy a pretender enumerarlas todas. Pero intento contestar las preguntas brevemente
El comportamiento machista de las personas de referencia durante el crecimiento, deja cicatrices muy profundas. Creo que eso en sí es un problema, porque esas cicatrices están bien ocultas, y esa cáscara forma la estructura de una conducta que trata de justificarse en el dolor sufrido. Para sanarlas hay que llegar hasta ellas, y es muy difícil. Entender otras formas de pensar nos ayuda a crecer, los feminismos nos enseñan otras estrategias para vencer salvando lo que amamos, no destruyendo lo que odiamos.
Es dañino que se instauren ideas como que basta con “respetar a todo el mundo”. Por supuesto que sí, es lo mínimo, pero no es tan simple, hay que abrirse en canal para limpiar las cicatrices, entender a las personas que viven las violencias, en este caso entender las luchas feministas. Creo que, a los educados hombres, nos cuesta asimilar que no lo sabemos todo y que hay algo que ha estado en nuestras narices tanto tiempo sin darnos cuenta, y encima dañando a personas muy queridas, y encima hemos sido cómplices.
Me parece muy dañina la necesidad de encasillar absolutamente todo en “lo normal” o en etiquetas que, además se relacionan de una forma jerárquica y con unas reglas de mercado mu raras. No hablo solo de comportarse como un hombre, es toooooooda la jerarquía: comportarse como un hombre hetero, payo, duro, hecho a sí mismo, resolutivo, fuerte, pulcro o desenfadado, colonia o eco-bicarbonato, elige peinado de un catálogo, si te pones cremas que sean para hombres, ropa absurdamente segregada, etc, etc. Obliga a ir acumulando pequeñas “acciones” de “capital masculino” para mantenerte lo más alto posible de la pirámide imaginaria, que justifica cualquier capricho y ningunea y masacra a lo que haya debajo. Algunos médicos lo llamarían psicosis.
En cuanto a la sexualidad, creo que me ha afectado negativamente por todo lo anterior, pero además me ha dado el privilegio de negar el deseo. Solo se puede desear aquello que se considera "válido" y del mismo "valor" que tú. De esta manera, me ha sido mucho más fácil negar cualquier deseo hacia un pene o una persona con pene (por ejemplo), y permitirme empezar explorando lo más normativo primero. A medida que me he permitido desear y/o amar más lejos de la normatividad, he sentido más presión del machismo y más miedo de no estar suficientemente preparado.
Recuerdo con mucho agobio el tema de las miradas a las chicas. Ya no hablo de barbaridades en bares, que sí que he vivido con colegas pero han sido más puntuales (no las he aguantado mucho tiempo). Recuerdo que ciertos grupos de tíos tenían que mirar el culo de cada chica que pasara por delante sí o sí, y además hacerlo de una forma que se hiciera constar entre los tíos pero sin que ella notara nada para que no se alarmara, era en ambientes con mucha gente. Yo, no sé cómo, imitaba el comportamiento hasta que me di cuenta. Cuando me di cuenta, simplemente dejé de hacerlo y esos grupos de “colegas” se molestaban muchísimo cada vez que no lo hacía. Yo todavía tenía una especie de radar y detectaba cuándo había que hacerlo, pero como no podían justificarmelo racionalmente, no me decían nada y se enfurruñaban, un comportamiento muy masculino también. La verdad es que no se si coincidió que cambié más conductas o fue solo eso, pero recuerdo más que insultos con colegas por no hacerlo. Un circo alucinante.
Yo sí creo que la situación está mucho mejor, aunque a veces sea difícil de percibir, gracias a las luchas feministas. Es difícil de medir cuánto he cambiado yo y cuánto ha cambiado la sociedad, pero estoy seguro de ello. No es solo porque sepa elegir mejor las compañías, todavía tengo todo tipo de compañías a veces, pero hay mucha más conciencia de lo que está bien y de lo que está mal, y, sobre todo, hay menos impunidad.
Las luchas creo que están encaminadas correctísimamente y son un regalo para todo el mundo, una oportunidad de conocerse mejor a sí misma, respetar a su entorno y, sobre todo, acabar con las injusticias. Dar voz a las personas que se les ha robado la voz.
Ya que me he enrollado tanto, también aprovecho para expresaros mi admiración a las luchas que hacéis desde aquí, nada más lejos de mi intención evitarlas, pero todavía no puedo opinar
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