A finales de los 80 hice mis primeros descubrimientos. Era la época de Sabrina Salerno y Marta Sánchez. Recuerdo mi lista de actrices fetiche, encabezada por Jane Badler. Mención especial a Big, una comedia de Tom Hanks, cuya escena de sexo hoy sería impensable. Luego vino Melanie Griffith en Armas de mujer pasando la aspiradora con tacones y ligueros.
En los 90, las películas adolescentes americanas de tetas y culos fueron dejando paso a Tinto Brass. Veía las Interviú y los comic de Víbora de mis primos escondido en algún cuarto. Luego llegaron las películas del destape a la televisión, así como las italianas y alemanas, y se podían ver pechos naturales enormes y pubis peludos al aire. Una sexualidad machista y prehistórica, pero reconozco mi gusto por Tinto Brass. Quedarme los viernes por la noche viendo la tele para, furtivamente, poner La2 y ver Serie Rosa, una serie erótica francesa.
Historia de O, Los burdeles de Paprika y Emmanuel fueron mis primeras peliculas. Las televisiones privadas y el vídeo hicieron el resto durante los años 90. La llegada del Hentai y los comic USA con superheroínas en trajes ajustados me llevaron a descubrir un tipo de mujer y una estética diferente que me atraía mucho. Las revistas de moda me abrieron otros cambios. Nunca compré revistas porno ni compartí nada con amigos.
El nuevo milenio me llevó a dos universos opuestos: fotos porno de internet y la literatura erótica. De lo primero, nada original. Pero en la literatura, junto a los clásicos, libros como el de la actriz porno Anastasia Mayo. De todo lo que he leído, sólo Justine de Sade me alteró. Me causó auténtica tristeza.
Mis primeros relatos llegaron en esa década.
La siguiente década fue pobre en literatura y rica en actrices porno. Desde entonces me interesn mucho aspectos diversos del porno. Me interesé por sus biografías y vi muchos documentales (recuerdo el suicidio de varias de ellas aquellos años). Todo aquello comencé a investigarlo después de ver Boogie Nights y el cine al que hace referencia como Garganta Profunda.
De todo aquello, llegué al porno ético y actrices como Amarna Miller.
Si de todo ello tengo que elegir, me quedo con:
Justine del Marqués de Sade.
Por conocer la historia entera, continuar con Juliette del mismo autor.
En cine.
Paprika de Tinto Brass.
40 ans, tentations dune femme marié de Marc Dorcel. De este director hay algunaas que muestra la revolución sexual de una mujer con alguna escena interesante.
Les fantasmes o Je suis à prendre. No recuerdo el director, están protagonizadas por Brigitte Lahaie.