Pues la mía fue una pillada muy peculiar, pues fuimos pillados sin saberlo.
Una amiga y yo solíamos quedar en un hotelito del centro de Santander.
La verdad es que ella era muy amiga del exhibicionismo, así que poníamos poco interés en correr cortinas o bajar persianas.
Siendo esto así de normal, imaginaros el día que nos dieron una habitación que daba a un patio interior y enfrente solo había una habitación de servicio, también con las cortinas abiertas, y un montón de botes de productos de limpieza acumulados junto a la ventana.
Por no hacer muy larga la historia; Terminado el jolgorio miro al patio, me fijo en los botes de la ventana anteriormente amontonados y me doy cuenta de que estaban todos perfectamente ordenados!!
Nunca supimos ni quienes ni cuantos nos estuvieron observando. Si que debió de ser mucho tiempo.
A nosotros nos encanto y esperamos que a ellxs tambien!!