Muy interesante. Lo que has publicado concuerda con cosas que he leído en alguna parte, como que, por ejemplo, la sodomización era utilizada con los esclavos - tanto hombres como mujeres - como una muestra de poderío, un ejercicio de dominio.
Hya un libro muy curioso - yo tengo una vieja edición - de "Grafitos amatorios pompeyanos" (aunque de amatorios tienen poco, la verdad: son más bien pornográficos). Pompeya, al ser sepultada por la lava del volcán, se conservó tal cual, y eso incluye las inscripciones que hacían las prostitutas en las paredes anunciando sus servicios (del tipo "Esclava nubia la chupa por cinco ases") o las que se hacían para denigrar a alguien (insultos homófobos, por ejemplo). En eso no hemos cambiado.
Yo creo que los seres humanos somos todos, en el fondo, similares, con independencia de la época y el lugar; pero, al mismo tiempo, estamos dotados de una enorme plasticidad, somos modelables y adaptables a las distintas culturas y circunstancias. Quizá a los romanos su cultura pagana les daba más libertad sexual (a los hombres libres, pero también a raras mujeres poderosas de clase alta, como Mesalina) pero al mismo tiempo se la quitaba (al enmarcar esa libertad en una cultura que rendía culto a la fuerza y a la violencia, y que coartaba la expresión de otras dimensiones más amables de la sexualidad; uno de sus mitos fundacionales es el rapto de las sabinas, cuando los fundadores de Roma raptaron a las mujeres de una tribu vecina; ese mito se reproducía ritualmente en el matrimonio, en cuya víspera los amigos del novio iban a la casa de la novia y simulaban el rapto, llevándosela a la casa del novio). En todo caso, Roma fue una sociedad compleja, habitada por millones de personas y que duró algo más de mil años. En esa sociedad, que incluso fue cristiana en sus últimos siglos, por fuerza tuvo que haber de todo, y simplificarlo en una fórmula seguramente sea un error.