Este tipo de post y muchas de sus respuestas me hacen pensar que en este mundo liberal pecamos de proselitismo (y no digo que sea la intención del autor sino mi pensamiento)
Creo que, en el fondo, muchos no ven la liberalidad como una opción sino como la evolución del comportamiento afectivo y sexual al que debería tender la sociedad. Lo veo en muchísimos comentarios (muchos pueden verse en este foro) que se hacen cuando hablamos de gente ajena a este ambiente en el que siempre se busca algún culpable que les impide "liberarse": la sociedad intolerante, el patriarcado, el amor romántico, la educación conservadora, la influencia católica, ¡hasta al capitalismo se culpa! ...
En este post pasa algo parecido. No lo decimos abiertamente pero damos a entender, seguramente sin querer, que alguien quiere hacer lo bueno (abrir la pareja) mientras que otro quiere hacer lo malo (mantener la monogamia). Si, se que nadie lo ha dicho así, y seguramente nadie lo pretendía, pero en casi todos los comentarios vemos el tono positivo en la apertura y el negativo en la monogamia.
La propia pregunta parece incitarnos a ello: ¿quien tiene la culpa de que las parejas no se liberen?, ¿quien quiere permanecer anclado en el pasado con sus privilegios o quién quiere ser valiente, abierto y explorar el futuro?. Todos son adjetivos cogidos de vuestros comentarios.
Creo que hay un millón de motivos por los que las personas no quieran abrir sus relaciones ni entrar en el mundo liberal. Hay personas para las que, por ejemplo, la sexualidad juega un papel secundario en sus vidas (lo que no quieren decir que no la disfruten sino que, simplemente, no le dan tanta importancia). Otras consideran que sus aspiraciones afectivas y sexuales son plenas con una única pareja. A otras no les gustas exhibirse en público o que les vean. Otras son escrupulosas y, por nada del mundo, tocarían a alguien que acaba de tener sexo con otra persona....
Creo que hay veces en las que olvidamos que los que llevamos una vida sexual no normativa somos nosotros. Es decir, los que nos salimos de la norma, los raros, somos nosotros. No quiere decir eso que le debamos explicaciones a nadie, o que no podamos hacer lo que nos de la real gana, pero creo que debemos ser consciente de donde estamos.