¿Consentimiento de clase?

Me permito reflotar el tema. Lo que debatimos, más allá del título del hilo, es la naturaleza de la prostitución y su regulación o prohibición. He dejado clara mi postura, que se basa en un sentir que creo general. Algo que nace de la regla de oro, y que en mi caso podría ser: " No desees para las hijas de otros lo que no desearías para la tuya ". Pero he dado con un libro, " Puta y libre " escrito por una chica en la treintena, Valérie May, que es todo un alegato en favor del trabajo sexual. Y que plantea preguntas y dudas. Ella defiende la prostitución como trabajo que debe ser regulado legalmente. Valérie afirma que ha elegido ser puta, poniendo ella las reglas y trabajando de manera autónoma. Ella es una prostituta de lujo, una escort. Vale la pena leer su libro.
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Sí pero...

La prostitución llamada de lujo es sólo una parte del mercado sexual (del mayoritario, el orientado a hombres cis). Como no soy un experto para enumerar las condiciones para acceder a ese nicho de mercado, dejémoslo en que no es para todaxs.
Digamos que por cada Valérie May hay 100 putas de polígono que preferirían no estar ahí.
Por supuesto mis respetos a que cada unx haga lo que quiera sin dañar a nadie, empezando por sí misma. Y como siempre, escuchemos a las putas, que son las únicas que conocen su realidad. Gracias por la info, Hector_Desi

(Dani) Nunca he ejercido ni me he servido de servicios sexuales. Por lo tanto, no puedo tener una opinión forzada. No obstante, asumiendo esa limitación, una opinión al respecto tengo.

¿Abolicionista o regulacionista? En este dilema no parece que hayan tonos grises… o se regula o se prohíbe, pero no puede mirarse hacia otro lado en algo tan importante.

Personalmente, me considero más de la segunda de las opciones. Considero que la primera fomentaría la clandestinidad y con todos los efectos perniciosos que conlleva el hacer las cosas ocultándose a los ojos del público general. Es decir, creo que proliferarían las mafias de trata y demás personas que, bajo mi punto de vista, solo merecen garrote vil. Considero que es un vicio como el alcohol o las drogas: nunca se acaba con ello.

En cuanto al consentimiento, partiendo de la hipótesis de que la persona que ejerza la prostitución lo haga libremente, no veo que haya vicio alguno en su consentimiento, siempre que se respeten los límites que hubiera podido poner. Por ejemplo, si dice que nada de besos, se respeta. Si no se respeta, entonces no habrá consentimiento.

Cuestión distinta es que no quiera hacerlo, pero igualmente lo haga. Si no hay consentimiento, entonces ese acto es una agresión sexual, y las consecuencias de ello son muy graves como para asimilar que se ejerza la prostitución (consintiendo pero sin ser deseado) con una violación.

Si el trato a cambio es inhumano y degradante lo prohíbe la constitución, si no lo es entra dentro del derecho inherente de disponer del cuerpo, la prostitución se ejerce desde los tiempos de María Magdalena.

El tema es que hay personas que aguantan cualquier cosa por dinero. Y como se decía, no todos los puteros son malos pero los hay que sí.

Bueno, comparar el sexo con otro trabajo peligroso es algo ingenuo, la denigración que se puede sufrir mientras ejerces la prostitución creo que no se sufre en ningún otro trabajo. Y la situación de vulnerabilidad en la que se ve expuesta la mujer prostituta tampoco me parece comparable a ningún otro trabajo.