Como he comentado en alguna ocasión, me gusta disfrutar de morbo explorando cada pequeño paso que se pueda dar.
Nuestra fantasía no había llegado más allá de hablar de cómo le gustaría que me follase a sus amigas mientras ella mira, de ponerla a lubricar con su lengua a alguna conocida para que yo acabe penetrándola... había sido todo un morbo entre nosotros, sin llegar a tener un contacto personal o físico con otra fémina.
El sábado tuve una boda de gente que rondaba los 35 años. Fui solo ya que debido a que me dieron la invitación hace un año y algo y no conocía a mi chica, ella no fue invitada y me parecía raro pedir una invitación extra.
Cubata tras cubata, se me acercaron a lo largo de la noche varias chicas. Una de ellas me llamó la atención especialmente, ya que era una pelirroja con cintura de avispa, bajita, guapa y con un cuerpo escultural.
Empezó a tontear conmigo y se me vino a la cabeza mi pareja. Uf, vaya morbo más tonto me dio en ese instante. Ella tenía unos 35 y yo tengo 24, me miraba de una forma muy lasciva y me tocaba los hombros mientras me decía que estaba duro como una piedra. A mí honestamente esas cosas me dan igual, pero pensaba en el momento de contárselo a mi novia y me daba un morbo tremendo, parecido a esas primeras veces en las que estás descubriendo tu sexualidad.
Me fijé en como miraba mis labios y la conversación pasó a ser simplemente un pretexto, un trámite que deseaba pasar cuanto antes para empotrarla con fuerza.
La cogí de su cintura y la pegué a mí. Pasé su mano por una de sus nalgas, volví a llevarla a su cintura y la acerqué, haciéndola notar mi miembro en su abdomen que generó en ella un leve jadeo y gemido cerca de mi oído. Nuestras caras se encontraban muy cerca, disfrutando de aquella tensión sexual. Ella acariciaba mi hombro, me miraba con vicio y me invitó a repasar unos temas de cierta oposición a su casa.
Corté ahí la situación. No quise llegar a más, ni saltar escalones de dos en dos.
Ayer, estando con mi pareja en la cama, se lo conté. Se hizo la molesta, pero le dije: "Mira, te voy a agarrar como a ella".
Al hacerlo, me comenzó a besar con un morbo impresionante. Al meter la mano bajo su tanga, estaba realmente mojada. Me la follé por el culito muy fuerte y profundo. "Fóllame el culo como si fuera su coño, cariño. Córrete dentro de mí como si fuera ella, por favor". La embestía con tanta fuerza, que acabó teniendo un orgasmo muy fuerte.
Yo acabé corriéndome como un verdadero animal dentro de ella.