„„🏳️🌈¿Eres LGBTQ+? ¡Queremos oír tu voz!🏳️🌈
¡Hola JOYclubers!
Desde el equipazo de JOYclub, estamos trabajando en la organización de contenidos para junio, mes del LGBTQ+. ¡No sabéis qué ganas tengo del Pride! ¿Vosotras también?🏳️🌈
Y se nos ha ocurrido una idea que creo que es muy bonita:
¿Qué os parece si construimos un artículo entre todas las personas de la comunidad LGBT+ de JOYclub, que exponga cada uno de vuestros relatos y vivencias?
Os animo a escribir en este foro vuestro pequeño relato. Si eres LGBT, cuéntanos:
- ¿Qué te atrajo a JOYclub?
- ¿Cuál ha sido tu experiencia desde entonces?
- ¿Cómo enfocas tu placer y tu sexualidad?
- ¿Tienes anécdotas o vivencias que quieras compartir?
- ¿Has vivido opresiones en el ambiente liberal, kink, BDSM...? ¿Y fuera de este ambiente?
- ¿Cuál es tu reivindicación para este Orgullo 2023?
¡Comparte tu historia!🌈 Nosotras maquetaremos un relato con vuestras aportaciones que aparecerá en nuestra maravillosa
Revista.
¡Qué ganas de leeros!
Con amor✊🏼,
Cecilia Bizzotto
Equipo JOY
Pues está es, muy resumida, mi historia.
Supe de la existencia de Joyclub buscando en internet foros para conversar sobre sexo, conocer experiencias, relatos. Etc.
Con casi 50 años y una vida marcada (para bien) por el sexo, en Internet más que sexo real ahora busco conversaciones, diálogos sobre sexo, experiencias, etc. Pese a que esa es mi principal motivación para ser parte de Joyclub también es cierto que he recibido correos de otros miembros interesados en tener sexo conmigo. Lo que sucede es que por el momento todos ellos residen muy lejos y a mis años ya no me apetece hacer viajes para tener sexo. Pero, como digo, no es tener sexo real con otros miembros de Joyclub mi motivación para haberme unido a esta comunidad.
Desde siendo un niño el sexo ha sido una parte muy importante de mi vida. Habiendo nacido con unos niveles muy elevados de testosterona, con 5 años de edad mi pene ya medía unos 20 centímetros en reposo. Y con tanta testosterona en mi cuerpo mi deseo sexual se despertó muy temprano. Mis padres contrataron a una endocrinóloga con la que estuve en tratamiento hasta los 12 años de edad para reducir los niveles de testosterona en mi cuerpo. Al concluir el tratamiento mi pene ya medía lo mismo que ahora (22 centímetros en reposo, más de 23 en erección).
A eso de los 8 años empecé a masturbarme mirando unas revistas porno "Supersex" de mi padre que encontré un día en una caja dentro del garaje. Mirando esas revistas veía como las mujeres se introducían esos penes en sus bocas así que yo empecé a chupar mi pene metiéndolo en mi boca echado sobre mi cama con las piernas elevadas hacia atrás. Lo hacía a diario y me gustaba tanto que me entraron ganas de chupar el pene de otros chicos.
Desnudos en las duchas del gimnasio en el colegio los compañeros de clase se quedaban mirando el gran tamaño de mi pene, empezamos a quedar un grupo para hacernos pajas, luego empezamos a chuparnos las pollas. Así me hice gay.
Después pasé al instituto ya en plena fase de adolescencia empezó mi interés por las chicas y sus cuerpos. Empecé a salir primero con una chica, empezamos a jugar, a acariciarnos y desnudarnos. Practicamos sexo y luego los rumores de nuevo sobre el tamaño de mi pene iban circulando entre ellas y ellos y así tuve sexo con más chicas. Amigos que sabían del tamaño de mi pene me pedían que se lo mostrase y muchas veces eso daba pie a tener sexo con ellos. Incluso chicos a los que solo conocía de vista pero nunca había hablado con ellos me seguían y me entraban para que les mostrase mi pene.
Yo mientras tanto seguía acudiendo a gimnasios, a saunas dentro de esos gimnasios, más chicos que se fijaban en mi polla, que me la querían chupar. Así alternaba el sexo con chicas y chicos hasta entrar en la universidad. Durante un par de años compartimos piso en Salamanca yo y otros dos chicos que fuimos "trio estable" por un par de años durante los cuales vivíamos juntos, dormíamos juntos en la misma cama, follábamos todos los días.
También durante aquellos años frecuentaba los sitios de quedadas gay donde nos juntábamos chicos para tener sexo dentro de los coches.
Antes de concluir la universidad tuve relación con un par de chicas, empecé a visitar clubs swinger y liberales donde practicaba el sexo con parejas y mujeres solas. Durante los años 2000 tuve una temporada muy aficionado a las webs de contactos por medio de las cuales participé de tríos con parejas. Así conocí a la mujer que es mi pareja desde hace casi 20 años.
Nunca he sentido ninguna opresión ni discriminación por mi condición de bisexual. Siendo un chaval durante el colegio y el instituto algún caso aislado de llamarme "maricón" por parte de algunos idiotas pero nada más.
Para el LGTBI reivindico lo que siempre he reivindicado: el derecho a ser como uno es. A disfrutar y vivir el sexo sin prejuicios y siempre siendo uno mismo.
Para mí el sexo es tan natural como vivir y respirar. Soy bisexual y orgulloso de serlo. Para mí la bisexualidad es el estado ideal del ser humano: gozar del sexo con mujeres y con hombres y disfrutar de los matices y las diferencias que aportan unas y otros.
Además, como dijo Woody Allen: Lo bueno de ser bisexual es que tus posibilidades de tener sexo se multiplican por dos...
A Woody Allen le atribuimos siempre todas las frases ingeniosas sobre sexo y perversiones, jajaja (o, en su defecto a Oscar Wylde).
He de decir que lo que yo he hablado con él, siempre ha sido un placer y que es muy, muy interesante cómo ha me ha contado su despertar sexual, sus aventuras...