Hace 20 años la zona de ciudad universitaria, en Madrid, era un nido de pervertidos que buscaban parejas en sus coches para espiarles. Recuerdo una madrugada, en un aparcamiento detrás de una de las facultades que era uno de los sitios oscuros habituales, la chica con la que estaba empezó a gritar que había un tío en la ventana.
Estábamos en el asiento de atrás de mi coche y, cuando me giré, lo único que pude ver por al ventana era un pene erecto y un tipo masturbándose.
Pensé a decirle algo pero, cosas de la edad, supuse que mi acompañante consideraría el gesto poco varonil así que, idiota de mi, abrí la puerta y baje del coche gritando y gesticulando como un poseso. El mirón salió corriendo igual que hubiese hecho si le hubiese dicho algo desde dentro del coche. A unos metros había otro coche donde una pareja debía estar a lo suyo cunado se vieron sobresaltados por mis gritos. ¿Todo bien compañero? me gritaron bajando un poco la ventanilla trasera empañada. Ahí me di cuenta de lo dantesco de mi estampa: de pié en un parking de una universidad, desnudo, empalmado y con un condón puesto....definitivamente, no era muy listo.
Estábamos en el asiento de atrás de mi coche y, cuando me giré, lo único que pude ver por al ventana era un pene erecto y un tipo masturbándose.
Pensé a decirle algo pero, cosas de la edad, supuse que mi acompañante consideraría el gesto poco varonil así que, idiota de mi, abrí la puerta y baje del coche gritando y gesticulando como un poseso. El mirón salió corriendo igual que hubiese hecho si le hubiese dicho algo desde dentro del coche. A unos metros había otro coche donde una pareja debía estar a lo suyo cunado se vieron sobresaltados por mis gritos. ¿Todo bien compañero? me gritaron bajando un poco la ventanilla trasera empañada. Ahí me di cuenta de lo dantesco de mi estampa: de pié en un parking de una universidad, desnudo, empalmado y con un condón puesto....definitivamente, no era muy listo.