Hola!
Gracias por compartir el artículo, @******r79 ! A mi la verdad es que me ha dejado un poco frío. No porque no tenga razón en algunos aspectos, pero me parece un artículo muy de opinión en el
peor sentido de la palabra, porque está escrito muy desde la queja y lo más constructivo que hay son algunos
ojalás.
No es que en esencia me parezca mal que alguien escriba con este enfoque: es útil para desahogarse y, como actividad llámala
terapéutica o apellídala de
organización de las ideas, es totalmente respetable e incluso necesaria para un@ mism@. Pero no me aporta nada en la muy sentida por mí mismo cuestión de cómo me vinculo afectivamente. No me remueve, no me hace plantear cosas. Es más bien un
más de lo mismo (de lo que opinan algunos) que, aunque trate de comprender desde la empatía, ya me aburre por machacón.
Ya el subtitular con la cita es tendencioso (hecho habitual por otro lado, y trato de no juzgar un artículo sólo por ello), y en el artículo en sí mismo veo varias cosas que son propias de un feminismo que puedo entender y contextualizar (y por ello comprendo también que el artículo esté escrito desde la queja) pero que no me interpela porque no me siento cómplice de lo que se dice ahí, ni en positivo ni en negativo. Es decir, no me siento cómplice de lo que denuncia, ni de los comportamientos que pide, porque me parecen bien de sentido común, bien situados en el plano de un idealismo al que, más o menos, también aspiramos todos.
Siento que en el escrito mi rol como hombre que busca compañeras sexuales está burdamente simplificado, en un extremo, y el otro extremo es algo que ya vengo identificando desde hace cierto tiempo, que es como una nueva forma de conservadurismo sexual en el que la responsabilidad afectiva acaba siendo algo no tan diferente a la visión tradicional de la pareja. Que me parece perfecto para el que le guste, o lo necesite en un momento dado, pero entonces para ese viaje no hacían falta alforjas.
Creo que la sobresimplificación de lo que busca una persona en un compañero sexual está a la orden del día y por ello yo no siento en absoluto que esté mal visto buscar pareja. Más bien diría que aquí el paso del tiempo parece no haber movido ni un milímetro el statu quo, y hasta las personas con un perfil más o menos abierto o progre dan por sentado, en aplicaciones tipo Tinder o OkCupid, sin ni siquiera molestarse a preguntar o conocer mejor las razones de cada cual, que los que buscamos relaciones centradas en la sexualidad tratamos a las personas como objetos, o no estamos interesados en establecer otros vínculos complementarios a ese.
Para mi ese es el paradigma dominante en nuestra sociedad y, en cierta forma, es el subtexto del artículo que enlaza @******r79 .
Saludos a todos,
Raimon