Yo no sé si las etiquetas ayudan mucho, es algo que me causa contradicciones porque son necesarias para dar luz a realidades que no son normativas, pero al mismo tiempo esas etiquetas estigmatizan. Podríamos decir que hay dos polos, digamos bien definidos (yo no soy experta en el tema), que son los heterosexuales y los homosexuales y en medio hay un gradiente de lo más variopinto. Somos muchísimas las personas que lo que nos gustan son las personas, independientemente de su género y orientación sexual. Y que nos lo podemos pasar bien con ellas simplemente porque tenemos una conversación interesante, o nos podemos excitar con ciertas miradas, y eso nos puede llevar a jugar con dos, o más personas y tener prácticas sexuales variadas, se definan como se definan ellas. A veces, sin planteártelo, te ves envuelta en un trío HMH en el que uno se define como heterosexual y el otro bisexual, y todos participamos de todo porque fluímos entre nosotros, hay atención, respeto, consenso y cariño.