Cuando el BDSM no es bienvenido...
Hola a todos!Hace dos días me ha ocurrido una situación que no sé gestionar y me gustaría saber vuestra opinión. Supongo que es algo que ocurre a menudo en la comunidad. Llevo un año teniendo sexo con una amiga, tenemos muy buena relación y disfrutamos mucho la una de la otra. No obstante, nos cuesta entendernos sexualmente. Yo soy muy propensa a los juegos de control, dominación y sumisión. Retar, picar, "teasing and denial", hacerse derrogar, etc... Y lo introduje ligeramente en la escena. Nada muy radical o bestia, ni mucho menos. Sin embargo, a ella le bajó la líbido de inmediato y se molestó un poco. Yo paré inmediatamente, me disculpé y seguimos como siempre, sexo vainilla. Pero luego hablamos de la situación, de lo que cada una encontraba excitante y qué significaba el sexo para nosotras. Para ella, es cuestión exclusivamente de amor, de cariño, de adoración... Para mí entra mucho el tema de la cesión de poder y control, del deseo, de la rendición... Intenté explicarlo con el mayor tacto posible, pero era tarde y estábamos ambas cansadas y un poco a la defensiva y acordamos no volver a tocar el tema.
No tengo ningún problema en tener sexo vainilla, pero me sentí un poco avergonzada de mis tendencias sádicas. Como si fuera algo cruel, sucio o retorcido. Evidentemente le habría preguntado, explicado y buscado consentimiento en algo realmente de BDSM, pero pensé que el teasing (llevarla hasta el borde del orgasmo y parar) o tentarla y hacerme derrogar cuando quería que la estimulase directamente.
¿Qué debería hacer? Ya hemos dicho no volver a mencionar el tema, pero no puedo evitar sentirme poco aceptada en ese aspecto y también temo haberla asustado por la falta de planificación a la hora de abordar el tema. Pero al mismo tiempo, no me siento cómoda con la idea de abrir de nuevo el melón.
¿Os ha pasado algo similar? ¿Que hicisteis cuando ocurrió? Y si nunca os ha pasado, ¿qué haríais en mi lugar?
Muchas gracias de antemano por todas vuestras respuestas.