Creo que hay que diferenciar un poco el ir a un sitio público donde la gente va a mirar y ser mirada o a interactuar entre ellas (dogging) e ir con tu pareja a un sitio "prohibido" para follar.
Lo primero no lo he hecho porque me atrae menos, pero lo segundo a lo largo de mi vida sexual, muchísimas veces y en sitios a cual más peculiar. Aparte de los clásicos de en el bosque, una playa, cala o dentro del agua, también en una azotea de un edificio, en un ascensor parado entre dos pisos, un rellano de un portal, lavabos de discoteca, en una salida cerrada del metro, en el passatge del caminal de bcn, en probadores de alguna tienda de ropa, al fondo de la sala Razzmatazz en un concierto y algunos inconfesables que no diré por aquí para no herir sensibilidades.
Excitante e incómodo a partes iguales, si tu pareja es de las que le gustan las emociones fuertes, es una auténtica aventura el probarlo de vez en cuando. Ahora ya estoy más tranquilito por eso, me hago viejo y por lo tanto, cómodo