Mi trauma del placer, es cosa de dos.
Follar, follar, como animales. Os lo ordeno.
Eso es lo que somos,
instinto,
fidelidad a nuestro origen.
Mi placer,
mi sexo,
nuestro sexo.
Compartir mi cuerpo,
mi psique,
mi alma.
Me entrego al momento,
a la unión.
Mírame, te obligo a que me mires.
¿Sabes quién soy?
Soy la mujer a la que estás penetrando.
¿Me reconoces?
Mi cuerpo,
mi sexo,
mi placer.
Quiero más,
quiero que me vuelvas a mirar.
Abre tu sexo,
abre tu cuerpo,
abre tu alma.
Culpe a mis hombres por no haberme visto en sus camas,
me culpe por no haberles visto en las mías.
Ellos no sabían como mirarme,
yo tampoco supe, cómo quería que me mirasen.
A muchas mujeres les oigo decir "cuantas veces me abre acostado con alguien sin querer hacerlo". Muerte, ausencia, soledad, culpa, vacío, trauma, dolor, disociación, abandono... son algunas de las sensaciones que sentí, que habéis sentido.
Ahora somos dos.
El hombre no sabe,
nosotras tampoco.
Ser vulnerable ante el otro,
ser amantes de deseos,
ser amantes de lagrimas, dolor y ausencias.
Esta soy yo, no fueron ellos, fui yo que no sabía amarme.