Entre el "no es no" o "solo si es sí". Opto por el segundo. Como "el invitado" o "el extraño" soy el que se acopla a la pareja. Y debe ir en ambos sentidos. No creo que sea tema de preguntar o saber de antemano qué gusta o qué no. Eso nos puede ayudar para hacernos una idea, un croquis de por dónde movernos. Pero no estamos en la cabeza del otro y no sabemos si en eso momento una cosa viene de gusto o no o si el estimulo es suficiente para que esa puerta se abra. Y no es cuestión de ir metiendo la punta por todos los agujeros hasta que aciertes en uno que te dejen. Gánatelo y haz que te busquen. Que para eso estamos todos.