Tarde de Playa
Esto que les voy a contar sucedió el primer sábado del mes de setiembre, fuimos mi marido y yo a la playa nudista, era una tarde en que no había mucha gente ya que hacia un poco de aire pero se estaba de maravilla. Yo noté a mi marido un poco inquieto, miraba a todo hombre que pasaba por nuestro lado como buscando algo hasta que de pronto llega un chico muy bien plantado y sin hablarnos nada pone su toalla muy cerca nuestro y comienza a quitarse la ropa y se estira sobre ella. Estaba tan cerca que no podía decirle a mi esposo si no tendría otro sitio en la playa donde ponerse el chico es que parecía que estaba con nosotros, y esa playa es muy grande y espaciosa.Así que me levante y le dije a mi esposo que iba a refrescarme que si quería venir conmigo y me dijo vete tú que ahora te alcanzo.
Estando ya en el agua nos pusimos a jugar un poco entre nosotros quedando bien calentitos y nos fuimos a nuestra toalla. En el momento que nosotros llegamos el chico se levanta y se va al agua.
Mi esposo había llevado una botella de cava bien fría y me dice vamos a brindar por el día de hoy y me quedé un poco descolocada pero le seguí el rollo ya comenzando a sospechar algo porque él es muy morboso y juguetón y le encanta darme sorpresas.
A todo esto llega el chico del agua, tengo que decir que mojado se veía delicioso, tenía un tamaño considerable de pene por lo que se me iban los ojos para mirarlo porque se ve que en el agua estuvo meneándosela un poco que la tenía a media máquina. Tendría unos 30 años unos 20 menos que yo todo era perfecto que más podía pedir esa tarde.
Cuando nos dice que buena esta el agua a lo cuál respondimos al unísono los dos, acto seguido estaba mi marido sirviendo otra copa ( lo cual me di cuenta que estaba planificado, pero me hice la tonta) e invitándolo a sentarse con nosotros. El aceptó y se sienta al lado mío, comenzamos a charlar primero nos presentamos y hablamos de muchas cosas pero luego comenzamos a cambiar poco a poco de temas hasta que me dice que hermosos pechos tengo que si podía tocarlos, por supuesto que le dije que sí y comenzó a acariciarlos mientras seguíamos charlando de una manera muy dulce y cariñosa, hasta que en un momento se inclina y comienza a besar uno y luego el otro, era maravilloso, que placer me envolvía en ese momento, yo miraba a mi marido y él me sonreía, mi mano se deslizo hacia su pene que estaba duro como una piedra, me dio ganas de comérmelo enterito, estaba ya muy calentita y mi esposo me dice, espera que hay gente en la playa, jaja cuando estoy en situación se me va la cabeza y me olvido de mi alrededor suerte que él es más prudente.
Ya era de tardecita y decidimos irnos un poco más atrás, ya se había ido bastante gente y quedaban algunas parejas pero que estaban en lo suyo o que habían notado que nosotros estábamos jugando y miraban.
Nos pusimos a jugar con el chico, él estaba encantado con mis tetas no paraba de decirme que lo volvían loco, las besaba, acariciaba y me encantaba, y comenzamos a tocarnos, y cogí su pene y comencé a saborearlo poco a poco, estaba riquísimo me volvía loca, de vez en vez miraba a mi esposo y él me estaba mirando y ofreciéndome su pene que ya estaba por reventar, comencé a intercambiar uno y otro comiéndome los dos a la vez y disfrutando como loca.
A todo esto mi marido me dice mira a tu alrededor y levanto la cabeza y tenía alrededor pero manteniendo una distancia prudencial varios hombre mirando y tocándose lo cuál me puso más cachonda aún, y le dije al chico méteme tú polla por favor métela, así que nos pusimos a follar como locos mientras se la chupaba a mi marido y le pedía que se corriera en mi boca, todo en ese momento era delicioso.
Y así terminó la tarde de sábado de la mejor manera posible.