Por: Ana Franco
Identificarse en algún modelo relacional no sucede de la noche a la mañana.
Al menos no fue así para mí.
Muchas cosas ocurren y son cuestionadas cuando recorres el camino de las relaciones y, ¿quién no lo ha recorrido?
Originaria de la Ciudad de México. Psicóloga y Sexóloga humanista, Especialista en Relaciones No Monógamas.
Colaboraciones en Fin W”, WRadio, “De noche ya se armó” con Yordi Rosado, Unicable, “Venga la alegría” y “Corazón Grupero”, TV Azteca, “El tendedero show” EXA Puebla, Serie documental: “Swingers, un estilo de vida” Wahu Streaming, Miembro de Open Guía de Relaciones Abiertas, Argentina.
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Para mí fue un camino entre monogamia, infidelidad y ser swinger. En algún punto quise regresar a la monogamia, pero identifiqué que el modelo relacional en el que más cómoda me siento, es el swinger, y no es que haya incursionado en otros; esto es como la identidad de género, puedes sentirte de una manera y performar lo que socialmente es correcto, pero finalmente, lo ideal sería, quedarnos en donde nos sentimos congruentes con el pensamiento y nuestro accionar.
Hay quienes piensan que lo único que está ocurriendo en un modelo de relación como éste, es una "infidelidad" consensuada, pero entonces, si es consensuada, deja de ser infidelidad, ¿correcto?
En algún momento cuando comencé a platicar más abiertamente del tema, alguien me dijo que lo único que estaba haciendo, era empujar a que mi pareja me mintiera, a que me fuera infiel...
Mi respuesta fue: "en realidad la infidelidad es algo a lo que uno está expuesto si tiene una relación del formato que sea, si eres swinger o si eres monógamo. Las personas podemos enamorarnos por el simple hecho de que no convivimos únicamente con la pareja."
Mi vida es como la de muchas otras personas. Soy profesionista y ser swinger, no considero que opaque o sesgue la perspectiva dentro de mi desempeño laboral, no creo que tenga en absoluto, nada que ver.
La familia
Soy mamá, y mi hijo no ve mis prácticas, así como no lo harían tampoco las parejas monógamas o el título que le quieras poner a tu relación. Él, es un pequeño que juega y ríe, y que cada duda que plantee, desde su inocencia, le es resuelta conforme a sus necesidades, es una persona saludable en cualquiera de sus esferas y él no piensa que las no monogamias, son inmorales.
Mi familia también sabe que somos swinger, y procuran no tocar el tema si es que a ellos les incomoda, aunque si hay alguien con curiosidad, entonces ven la oportunidad de preguntar todo lo que se les ocurra... ¡Qué mejor oportunidad de resolver sus dudas, que con alguien en quien confían, o por lo menos es cercana solo por ser familia!
Nuestra relación no ha cambiado, aunque sepan que no me vinculo como lo hacen la mayoría de ellxs. Lo cierto es que, muchxs de ellxs son monógamxs y también infieles, entonces el hecho de que las interacciones en el estilo de vida swinger sean un acto consensuado, desde luego que les genera toda la curiosidad acerca de cómo es que alguno de los dos "aceptó" estos términos
¿Cómo empezó todo?
Por supuesto que ninguno de los dos aceptamos "los términos" que alguno haya impuesto. No se trata de imposiciones, no se trata de convencer a nadie, se trata de algo que los dos queríamos, aunque debo confesar que no fue un tema sencillo. Pensamos que estábamos listos porque cuando ocurrió la primera vez que interactuamos con alguien más sin planearlo, elegimos poner el tema sobre la mesa, ya que aquella noche nos divertimos mucho. La excitación de aquel momento nos duró algún tiempo.
Luego de que sucedió aquel encuentro, tuvimos que confrontarnos con emociones que ya conocíamos, pero que en otras relaciones probablemente nunca se hablaban, y si se llegaba a tocar el tema, era sin el propósito de querer aclarar nada, más bien, con la intención de reclamar algo o hasta pelear.
Lo cierto es que, cuando iniciamos a ejercer una comunicación más asertiva, las cosas comenzaron a fluir mejor. La relación que hoy tenemos es más fuerte, por el simple hecho de que nos comunicamos desde una perspectiva distinta y con mejores herramientas.
Las relaciones son un trabajo constante, porque somos personas cambiantes en todas las dimensiones de nuestro ser: biológico, psicológico y social. Hoy, somos cómplices de aventuras, conquistas y de la vida misma. Compartimos no únicamente ser swingers y fantasías; compartimos crianzas, proyectos, algunas veces gustos y no siempre coincidimos, pero muchas veces esas diferencias son lo que nos ha hecho crecer.
Ser swinger, desde mi perspectiva requiere de un compromiso primero desde lo individual, después en pareja y hasta socialmente, porque cuando eliges este estilo de vida, hay que comunicar, hay que permitirse sentir física y emocionalmente, hay que ser responsables afectivos y relacionales, ser conscientes de que al tener prácticas de riesgo, debemos ser cuidadosos con éstas… si me cuido, te cuido.
Soy swinger y soy mamá, amo mi profesión, a mi familia, a mi pareja, y soy fiel a mis creencias y convicciones.
Disfruté enormemente ser parte de la Serie "Swingers: un estilo de vida", porque permitió abrir nuestras vidas para hacer saber que como tú, tenemos gustos diversos, pero somos tan humanos, como cualquiera de quienes habitan este lugar.
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