Por: Karla Corona
Podemos definir la violencia sistemática y/o estructural como: la forma de reproducción de agresión y hostilidad que se propaga en la sociedad muchas veces de forma inconsciente basada en la dominación y en el ejercicio del poder. Dicha violencia es mostrada como un maltrato permanente, por ejemplo: el capitalismo, el colonialismo, la visión de amor romántico (siendo ésta la base de las relaciones violentas propagada por los medios de comunicación), la desigualdad social, etc.
En las relaciones sexo-afectivas las violencias se sitúan y se reproducen en nombre del amor, ya que el amor es una acción que funciona como justificante de la violencia. No debemos olvidar que NADIE está exento de perpetuar sistemas violentos porque la violencia relacional es estructural, esto quiere decir que está sustentada en un marco de relaciones sociales delimitadas por la misma estructura social para definir las acciones humanas, conteniendo y formulando relaciones verticales con intercambios desiguales, reforzando la violencia directa.
En las relaciones afectivas ya sean monógamas, no monógamas o de cualquier tipo de diversidad relacional (al ser parte de una ideología que sustenta identidad) también persiste una violencia interiorizada que sigue satisfaciendo un sistema desigual, la cual se reproduce por medio de la acción humana sostenida y legitimada por una cultura de la violencia, generando a su vez que sea reproducida por la sociedad de forma inconsciente.
No es lo mismo ser una mujer violentada en una relación heterosexual, a ser una mujer transexual, pobre y negra en una relación no monógama. No porque una violencia sea más fuerte o más importante que la otra, sino porque situar nuestra realidad para esclarecer nuestras condiciones sociales es necesario para comenzar a detectar las formas de violencia que nos atraviesan y que podemos estar perpetuando al relacionarnos.
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Monogamia vs. no monogamia
En la actualidad los roles de género comienzan a ser cuestionados. Sin embargo, las formas tradicionales de amar perduran manteniendo la desigualdad entre los sexos y, peor aún, las violencias se han diversificado.
Esto quiere decir, que puedo estar replicando violencias ya no solo con un vínculo sino con múltiples vínculos amorosos o afectivos y nos situamos en una posición de peligro y riesgo para nosotrxs mismxs o para las personas con las que nos relacionamos; por ello, la importancia de hablar y enumerar algunas de las violencias vividas en las no monogamias, porque ningún esquema relacional está libre de caer en la ilusión amorosa, en la altas expectativas, en la manipulación, en el dolor o en la violencia.
- Apropiación del discurso del amor libre: Utilizado como un mecanismo de enunciación solo para el consumo de cuerpos sin ética ni responsabilidad sobre los sentires ajenos.
- Relación de poder por tiempo: Cuando un vínculo lleva más tiempo en la no monogamia y piensa que eso le da el derecho de mandar o dirigir qué hacer en la relación. Aquí se presenta una violencia que no pareciera grave, pero si no ponemos límites podemos terminar delimitando los sentires ajenos en lugar de realizar procesos de acompañamiento emocional junto con nuestros vínculos sexo-afectivos.
- Cuestión del género: Presentada en las relaciones heterosexuales no monógamas cuando las mujeres se vinculan con otras, el hombre no le da la misma importancia como cuando es con otro hombre. Como si la relación homosexual con otra mujer no fuera importante, es decir, la existencia de prácticas machistas interiorizadas.
- Parejitis: Anteponer y priorizar los deseos y necesidades de la pareja por encima de los demás vínculos existentes sin tomar en cuenta sus sentimientos, deseos o necesidades. (Ejemplo: A la hora de formar un trío, la pareja en cuestión solo satisface sus necesidades eróticas y termina utilizando a la tercera persona sin considerarle en lo más mínimo.)
- Celos y posesión: Cuando una persona en la relación puede salir con otras personas, pero le molesta que su pareja haga lo mismo.
- Jerarquización: La jerarquización de vínculos existe y puede llegar a ser bastante violenta cuando somos incapaces de reconocer los afectos de otros vínculos hacia nosotrxs. Entonces, al continuar en una relación principal podríamos estar limitando los sentires de otras personas y no estarles tomando en cuenta.
Algunas preguntas importantes:
¿Cómo nos hacemos cómplices de la violencia sistemática emocional?
Cuando somos observadores del martirio, el control y no hacemos nada para responsabilizarnos del daño causado. De la misma forma, cuando decidimos callar nuestras emociones y sentimientos por pertenecer o permanecer, cuando no controlamos ni gestionamos nuestro comportamiento emocional y cuando replicamos conductas y hábitos aprendidos en contextos sociales violentos sin cuestionar.
¿Cuáles son sus formas?
Abuso mental o psicológico, amenazas, explosiones emocionales de rabia y enojo que llegan a la violencia física o verbal directa o indirecta, aislamiento o formas de reclusión social, ignorar, generar espacios hostiles para la no resolución de conflictos, humillación constante, burla, ridiculización, desatender necesidades médicas, insultar, chantajear, manipular, invalidar necesidades emocionales o eróticas, no aceptar una negativa o no saber lidiar con el rechazo terminando en dinámicas de insistencia que perturban a la otra persona, etc.
¿Cuál es la herramienta más fuerte que tenemos frente a la violencia?
No soy fan de decirlo así, pero nuestra arma más fuerte es la prevención y la información constante. La toma de conciencia de nuestros entornos, ambientes y espacios seguros para habitar nuestras emociones y nuestros sentires. Y sobre todo conocer las formas de reproducción de la violencia para detenerla y no perpetuarla a la hora de relacionarnos.
1) Herramientas a tener en cuenta:
- Armar redes de afecto que nos apoyen y nos otorguen soporte
- Crear y asistir a espacios de escucha
- El cuidado de la salud mental y emocional
- Estar informadxs de los tipos de violencia que existen
- Conocer algún tipo de ayuda jurídica y/o pisco-social institucional para pedir ayuda inmediata
2) Si conoces a una persona que sufre violencia en una relación amorosa, afectiva o emocional…
- Cree en la víctima
- Valida sus sentimientos y no la juzgues
- Ofrece ayuda y soporte
- Ayúdale a idear un plan de seguridad o escape
3) incluir lo siguiente en el plan de seguridad:
- Un lugar seguro para ir en caso de emergencia o si decide salir de casa
- Una excusa preparada para irse si se siente amenazadx
- Una palabra clave para alertar a familiares o amigxs si necesita ayuda
- Una “bolsa de escape” con dinero en efectivo, documentos importantes (acta de nacimiento, identificación oficial, etc.), llaves, artículos de tocador y una muda de ropa a la que se pueda acceder fácilmente en una situación de crisis.
- Una lista de contactos de emergencia, incluidos familiares o amigxs de confianza, refugios locales y línea telefónica de violencia o violencia familiar .
QUÉ NO HACER FRENTE AL ABUSO DIRECTO
Aunque no hay una forma correcta o incorrecta de ayudar a una víctima de violencia debemos evitar hacer algo que empeore la situación. Aquí hay algunas cosas que sugerimos evitar:
- Golpear al abusadorx.
- Culpar a la víctima. (Eso es lo que hace la persona que abusa)
- Subestimar el peligro potencial para la víctima y para ti mismx.
- Prometer cualquier ayuda que no puedas proporcionar.
- Dar apoyo condicional.
- Hacer cualquier cosa que pueda provocar al abusadorx.
- Presionar a la víctima.
- Si la víctima no está dispuestx a abrirse al principio, sé paciente.
- Hacer cualquier cosa que haga la situación más difícil para la víctima.
Como mujeres frente a un sistema político que nos invisibiliza e invisibiliza la forma en que nos violentan delimitando nuestro sentir, llamándonos locas por expresar nuestra rabia y enojo, tenemos que luchar contra la arbitrariedad de la cultura, resistiendo desde los afectos y decir no. No todas las relaciones tienen porque ser violentas y no, no tenemos por qué soportarlas, podemos prevenirlas y construir desde otros lugares para frenar poco a poco la situación de violencia que nos atraviesa.
Nos encantaría escucharte y leerte en el foro sobre este tema.
Nota Editorial por La Eroteca:
Solo queremos abonar al importante texto de Karla, que desde La Eroteca somos conscientes y queremos hacer visibles que estas formas de violencias también las viven personas racializadas, personas trans y de otras disidencias, infancias, adolescencias, adultxs mayores y hombres, por ello nos parece vital seguir reflexionando y construyendo nuevas formas de relacionarnos desde otra narrativas y lógicas más nutritivas y placenteras.
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