Por: Le Paline
Le Paline es una persona no binarie que se dedica apasionadamente a crear espacios seguros para la comunidad LGBT+ y sus aliades. Es comediante, artista drag y creadore de contenido. A través de su arte, celebra la diversidad y aboga por un mundo en el que todes seamos visibles. Tiene experiencia en conducción, guionismo, stand-up y activismo. Es un referente dentro de la comunidad LGBT+ por buscar espacios seguros y comunicar de manera divertida lo que sucede en la cultura y sociedad.
Viví como una mujer lesbiana muchos años y siempre estaré agradecide por ese camino que me llevó hasta aquí. Pero un día, desperté con una fuerte necesidad de travestirme y hacer drag. Visité la tienda de maquillaje más cercana y compré todo lo necesario: pestañas postizas, paletas de sombras, brillantina de todos los colores, llenando una mini canasta de plástico con mis nuevos tesoros.
De vuelta en casa, vacié el contenido sobre mi cama y comencé a transformarme en el drag que cambiaría mi vida. Me tomó unas seis horas esculpir un rostro masculino, pero cada momento fue una delicia. Apliqué relleno para simular un pecho masculino, tracé un pequeño bigote y así nació Billy Eyelash, mi alter ego drag. Billy es masculino pero abraza su feminidad, permitiéndome explorar partes de mí misme que había ocultado por no encajar en el molde de "señorita".
Los siguientes meses fueron de profunda introspección y cuestionamiento de mi identidad. Sabía que "mujer" nunca me había descrito completamente. Recuerdo emocionarme cuando, en las clases de teatro, interpreté roles masculinos debido a la falta de chicos en el grupo. A los ocho años fui Danny Zuko en "Grease" y bailé como un rebelde, mientras mi familia aplaudía, pensando que solo estábamos jugando. Pero para mí, era algo más, algo que quería vivir más allá del escenario. Cuando la función terminaba, me ponían un vestido y la fantasía desaparecía. Con el drag, pude revivir ese sentimiento de llegar a casa, de ser libre.
Hubo muchas conversaciones internas, enfrentándome a preguntas incómodas sobre mi identidad. ¿Si no soy mujer, entonces qué soy? ¿Cómo vivir en un mundo donde solo conocía ese rol?
Pero gracias a estas preguntas incómodas, encontré mi identidad no binaria. En este espectro de género, no tengo que ser ni hombre ni mujer, puedo explorar la moda, el maquillaje, los cortes de pelo, todo lo que me dijeron que no podía ser, ahora es parte de mí.
Un día, superando mis miedos, fui a una estética y pedí el corte de cabello que siempre había querido pero me habían negado. Otro día, exploré la sección "para hombres" en una tienda de ropa y encontré más prendas que me gustaban que en la sección "para mujeres". La ropa no tiene género; todas las personas son libres de usar lo que las haga felices, lo que las haga sentir plenitud.
Luego vino la parte de comunicar mi identidad a las personas cercanas, de explicarles que ya no me identificaba con el género asignado al nacer, que mi nombre había cambiado.
"¿Qué sucede?"
"No me identifico más como mujer. Soy no binarie y mi pronombre es elle."
Silencio... "Tengo muchas preguntas, pero te veo. Eres elle."Oír a alguien referirse a mí con ese pronombre fue como llegar a casa, encontrar el camino que siempre había buscado sin saberlo.
Siempre estaré agradecide por ese momento porque, a partir de esa conversación con mi novia, vinieron muchas más. Nuestra comunicación es ahora más clara y honesta; ya no temo mostrarme vulnerable frente a alguien que me abrazó en mi momento más frágil.
Agradezco poder vivir en este cuerpo trans y estar rodeade de personas que me apoyan y celebran lo que soy.
Con amor,
Le Paline
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