Por: Paola Aguilar
Pareciera que esperar es terrible en todos los casos: ¿Quién no odia esperar en la fila del supermercado o esperar a que le inyecten en un consultorio? ¿A quién le gusta el tiempo muerto cuando está a punto de recibir un estímulo desagradable o simplemente encargándose de una tarea cotidiana aburridísima?
Paola Aguilar es periodista de formación y es embajadora de JOYclub México. Es cohost del podcast "Coger Rico & Amar Bonito" y escribe y crea contenido sobre relaciones de pareja, sexualidad y no monogamia, siendo publicada en medios como Este País, VICE en Español y Revista Unam.
Auuuunque la espera puede ser emocionante en casos en los cuales la recompensa o resolución está mediada por un deseo desbordado. Si no me crees, muéstrale un premio a un perro e indícale que se siente unos segundos, él empezará a babear, sonriente, esperando pacientemente hasta tener en su hocico su objeto de deseo. Los humanos no funcionamos taaaan distinto, y por eso le pusimos nombres a dos actos que alargan el placer sexual: teasing y edging.
Teasing
El arte de provocar, de enseñarte algo que todo tu cuerpo desea y no dártelo inmediatamente. La persona, o personas, que llevan a cabo el teasing tienen el objetivo de seducir mientras juegan con el elemento sorpresa.
¿Alguna vez alguien ha besado y lamido tus piernas por un buen rato hasta que sube y sube, llegando muy cerca de tus genitales y hace el gesto de querer lamer pero vuelve a bajar con una sonrisa, como diciendo, “no, todavía no”? ESO ES TEASING.
Si ambas, o todas, las personas disfrutan de este juego: es divertido, es travieso, es hoooot. Aunque no existen reglas como tal, el punto es un poco que la tensión se rompa en algún punto, puede ser unos minutos después, unas horas después o incluso días después. A menos que quieras dejarlo ahí, y también se vale, si eso es lo que les gusta. Enviar una nude es teasing, tocar tu vulva con tus dedos y darle a probar a la otra persona de forma indirecta también es teasing: LAS POSIBILIDADES SON INFINITAS.
Edging
El arte de descubrir cuánto placer puede sostener el cuerpo antes de que sea un sufrimiento absoluto. Sufrir un poquito puede ser delicioso, incluso puede hacerte perder la cabeza de deseo: eso es el edging. Se trata, sobre todo, de jugar con el orgasmo, y puede ser con otra persona, o personas, o en una sesión de masturbación a solas.
Tiene una explicación fisiológica: cuando te acercas peligrosamente al orgasmo, paras, esperas unos segundos y bajas la intensidad para volver a acercarte de nuevo, la sangre se concentra cada vez más en tu zona genital, lo cual puede resultar en un orgasmo aún más potente y expansivo. Para quienes practican el BDSM, también tiene un componente de control, sobre todo cuando la otra persona está estimulándote y postergando tu orgasmo: hay a quienes les erotiza muchísimo no tener ese control, no poder venirte cuando quieras y estar a la merced de lo que decida la otra persona, incluso teniendo que “pedir permiso” para hacerlo, y hay a quienes les llena de euforia estar del otro lado y ver a alguien “sufrir” un poquito por liberar esa tensión. Todo consensuado y consentido, por supuesto.
En masturbación
Una buena forma de practicar el edging es en sesiones de masturbación, te invita a tener un mejor control de tu orgasmo y decidir cómo y cuándo va a llegar: sin prisas ni presión externa de que tengas que venirte LO MÁS PRONTO POSIBLE. Puedes seguir fantaseando y fantaseando y mantenerte en el presente, disfrutando del proceso, porque el orgasmo es solo una parte del camino del placer.
La próxima vez que tengas un buen rato libre, tómate el tiempo para explorar esta práctica y ver hacia dónde te lleva: espero te lleve a lugares mágicos y deliciosos.
Si has probado estas prácticas, te gustaría hacerlo o tienes cualquier duda o comentario, te invito a compartirlo aqui:
TEASING Y EDGING
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