Por: Diablurs
Terminaba la secundaria cuando una de mis amigas dijo que ella no andaría con alguien con quien no fuera “en serio”. Ahí me quedó claro que la premisa estructural para relacionarse es encontrar con quién hacer institución y que sólo así se ve el amor “de verdad”.
“Love is love” es el discurso que inunda todo junio para dignificar el pride. El sexo, diverso o no, sólo es válido si hay amor romántico y exclusividad sexual de por medio. ¿Cómo viviríamos nuestro cuerpo y afectos si no estuvieran tan atravesados por la norma?
Úrsula Sahagún aka Diablurs es
Activista por la autonomía corporal, modelo y artista multidisciplinaria. Su fuerte es el desarrollo creativo de piezas informativas con enfoque en diversidad. Con su trabajo busca reconfigurar las narrativas que atraviesan el goce y se cuestiona entre muchas cosas, las posibilidades sexoafectivas.
Buscando un guión que nos sostenga
La escalera relacional es una herramienta que ayuda a entender los pasos que validan si la relación “va a algún lado”desde los valores tradicionales. Partiendo del primer contacto, seguido del cortejo romántico y formalizar con la familia, hasta llegar al matrimonio.
A diferencia de estos pasos claros, no sé si existe una metodología tácita para ejercer la disidencia relacional. Me parece que la diversidad no debería poder encasillarse, aunque eventualmente terminemos generando un guión también para lo que nombramos “diverso”.
Escribir guiones que sostengan nuestros encuentros y afectos es una potencia revolucionaria. Suena hermoso vivir el deseo y las relaciones de esta manera hasta que se cruza explicarle a las normadas que coges y/o te vinculas con más de una persona.
Judith Butlerdice que la reiteración hace la norma. Tal vez hay que asumir que siempre existirán prácticas e identidades normadas y otras en proceso de dignificarse. Para esto la representación diversa es clave ya que da cuenta de que existen otras formas para quienes no encajamos en la norma.
¿A dónde vamos a parar?
No hay paso a las multigamias sin antes cruzar por el tabú. Creo que eso hace la diferencia con la monogamia, aunque sea elegida. Vivirse fuera de la mononorma implica renunciar al privilegio de que el mundo valide tu forma de amar.
En el lugar donde crecí pesaban más las expectativas sistemáticas morales que el deseo y los afectos. Sin embargo hay familias tradicionales que viven la multigamia en secreto, a veces hasta con más de un hogar pero cumpliendo con todas las cuentas (sociales).
Alguna vez tuve un novio con el que entré al juego del amor eterno, la monogamia y demás, pero para performance, prefiero el burlesque. Actualmente no soy el único vínculo de ninguna de las personas con las que comparto y vivo con más respeto, fidelidad y transparencia que nunca.
Quién sabe cómo serían nuestras relaciones si definiéramos nuestros vínculos desde la autoescucha y los acuerdos. Pesa crecer sin referentes diversos que validen la complejidad del deseo. Pero me alegra saberme acompañada en este camino de traicionar las expectativas, incluso las “diversas”, para pasarla rico.
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