¿Te gusta pero te asusta?
Halloween, como otras fiestas de disfraces, crea un espacio seguro donde lo cotidiano se suspende, y eso permite que juguemos con roles, identidades y hasta con nuestra propia sensualidad y sexualidad. En mi pasado livestream hablamos sobre los límites del deseo y el miedo, abordando críticamente algunos puntos como:
- Por qué hay tantas escenas sexuales en las películas de terror
- La relación entre miedo y deseo que se vive al representar figuras como vampiros de forma tan atractiva
- Las películas de horror, puntualmente slashers como una forma de moralizar quienes mueren
- La femme fatale como monstruosidad
Lo cierto es que más allá de la pantalla, el miedo y el deseo están presentes en prácticas sexuales cotidianas y BDSM, así como en fantasías que exploran lo prohibido o lo aterrador.
Halloween es un momento colectivo de exploración, pero lo que “nos gusta y nos asusta” está siempre en el trasfondo de nuestras vidas. Quizá porque tanto el miedo como el erotismo nos confrontan con la vulnerabilidad, recordándonos que lo desconocido y lo prohibido tienen un atractivo innegable.